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Acidez gástrica

Manual de Práctica Farmacéutica. Universidad de Navarra: Acidez gástrica. Acceda al documento completo

 

 

CONCEPTOS GENERALES                                  

 

 

La acidez es la condición del estómago debida a la presencia de ácido clorhídrico. Cuando éste ácido experimenta alguna alteración en su cantidad o cuando pasa al esófago, produce una sen- sación de ardor en la parte alta del abdomen.

Este trastorno denominado pirosis o acidez gástrica o ardor de estómago, cursa con dolor y/o sen- sación de quemazón o acidez, que comienza en el hueco epigástrico y asciende hacia la boca, acom- pañada a veces de regurgitación de líquido que tiene el mismo sabor ácido y ardiente o agrio.

 

Anatomía-fisiología del estómago

Consta de 3 regiones:

  • Cardias (parte superior)
  • Fundus
  • Antro pilórico (parte inferior)

 

Recubierto interiormente por una mucosa que segrega:

  • Moco: Protege al estómago del daño que producirían el HCL y los enzimas.
  • HCl: Responsable de la acidez. Necesario para que la pepsina fraccione las proteínas.
  • Precursor de la pepsina que es un enzima que fracciona las proteínas.

La acidez constituye un mecanismo de defensa contra infecciones. Debe darse un equilibrio entre factores irritantes y factores protectores para que no haya daño en el estómago.

 

Signos y síntomas. Diagnóstico

La pirosis cursa con dolor y/o sensación de quemazón en el epigastrio, siendo estos síntomas comu- nes a otras patologías digestivas. Entre ellas, la más frecuente es la úlcera gástrica o duodenal, por lo que el diagnóstico diferencial se realiza con relación a esta patología (ver Tabla 1: “Diagnóstico diferencial”).

 

 

 

 

TABLA 1: DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

 

 

 

TRATAMIENTO                                                    

 

PROFILAXIS

 

Medidas dietéticas recomendadas

  • Comer con calma y masticando muy bien los alimentos.
  • Hacer 3 comidas diarias como mínimo. Comer pocas cantidades y de forma frecuente.
  • No cenar inmediatamente antes de acostarse.
  • Evitar las comidas muy frías o muy calientes, y los alimentos fibrosos y duros (verduras crudas).
  • Evitar platos demasiado salados o demasiado dulces.
  • Sustituir las frutas ácidas ( fresas, frambuesas, grosellas, moras, naranjas, plátanos verdes…) por frutas un poco más dulces o hervidas (manzana, pera, melocotón, albaricoque, plátano maduro,…). Evitar los zumos de cítricos.
  • Sustituir las especies fuertes por las aromáticas, y las salsas a la vinagreta por salsas de yogur o limón. Evitar el picante en las comidas.
  • Evitar los caldos de carne y las sopas de pescado, que tienden a aumentar las secreciones ácidas del estómago.
  • Consumir productos lácteos (excepto quesos muy fermentados).
  • Evitar el alcohol. Como mucho 1 vaso pequeño de vino en cada comida; nunca con el estó- mago vacío.
  • No tomar bebidas gaseosas o muy ricas en minerales (tienen efecto rebote).
  • No beber más de un vaso de agua en cada comida (sin olvidar que hay que beber, por lo menos, 1 litro y medio de agua al día).
  • Si toma café o té, mejor después de una comida, no en ayunas.
  • Evitar chocolate, menta, grasas…
  • Dietas ricas en proteínas, en caso de reflujo esofágico o regurgitación.

 

Medidas generales recomendadas

  • Llevar una vida tranquila.
  • Evitar las ropas ajustadas.
  • No tumbarse después de comer.
  • Dejar de fumar, pues la nicotina estimula la secreción gástrica.

 

Toma de otros medicamentos

Tener especial precaución con:

  • Antiinflamatorios: los AINEs inhiben la síntesis de prostaglandinas.
  • Ácido acetilsalicílico: disminuye la capacidad protectora de la mucosa.
  • Corticoides: los Glucocorticoides pueden aumentar la secreción ácida.

 

 

TRATAMIENTO NO FARMACOLÓGICO

 

Debe considerarse la posibilidad de mejorar los síntomas mediante un tratamiento no farmaco- lógico, que será suficiente en ciertas ocasiones para tratar la acidez (principalmente en aquellos casos en que los síntomas sean leves).

Este tratamiento consiste en llevar a cabo una serie de medidas higiénico-dietéticas, anterior- mente mencionadas en el apartado de “Profilaxis”.

 

 

TRATAM IENTO FARMACOLÓGICO

 

El tratamiento de la pirosis puede abordarse mediante la administración de:

  1. Antiácidos (Hidróxidos/Sales)

1.1. Sistémicos (Bicarbonato sódico, Citrato sódico).

1.2. No sistémicos (Sales de Al, Sales de Mg, Complejos Al-Mg, Sales de Ca).

  1. Inhibidores de la secreción ácida

2.1. Antihistamínicos  H2 (Famotidina, Cimetidina, Ranitidina).

2.2. Inhibidores de la bomba de protones (Omeprazol, Lansoprazol, Pantoprazol).

 

  1. ANTIÁCIDOS (Hidróxidos/Sales)

Neutralizan el contenido ácido del estómago, elevando así el pH del duodeno y del estómago. Son generalmente seguros y eficaces.

1.1. ANTIÁCIDOS  SISTÉMICOS  (Bicarbonato sódico, Citrato sódico)

  • Acción rápida y corta.
  • Posible efecto rebote.
  • Se absorben, por lo que pueden dar ciertos problemas

 

- Bicarbonato  sódico: hipernatremia y alcalosis sistémica en tratamientos crónicos.

- Carbonato  cálcico.: náuseas, hipercalcemia, litiasis renal y alcalosis sistémica.

  • Precaución en caso de:

- Insuficiencia  renal.

- Hipertensión.

 

1.2. ANTIÁCIDOS NO SISTÉMICOS  (Sales de Al, Sales de Mg, Sales de Ca, Complejos de Al-Mg.)

  • Acción más lenta y duradera.
  • No se absorben, debido a la formación de una sal insoluble.
  • Inconvenientes: las sales de Al y las sales de Mg tienen efectos sobre el intestino, pudiendo producir estreñimiento y diarrea respectivamente. Por esto es más reco- mendable el uso de complejos de Al-Mg.

 

  1. INHIBIDORES DE LA SECRECIÓN ÁCIDA

2.1. ANTIHISTAMÍNICOS H2 (Famotidina 10 mg, Cimetidina 200 mg, Ranitidina 75 mg)

  • Inhiben la secreción ácida por acción sobre los receptores H2 de las células parie- tales gástricas.
  • Evitan la acidez a dosis muy bajas. (La acción como antiácido se da a concentracio- nes menores que cuando se usa como antiulceroso).

En general, dentro de este grupo, la más indicada en el tratamiento de la pirosis parece ser la Famotidina a dosis de 10 mg.

 

2.2. INHIBIDORES DE LA BOMBA DE PROTONES  (Omeprazol, Lansoprazol, Pantoprazol)

  • Inhiben la secreción ácida bloqueando la bomba de hidrogeniones de las células parietales gástricas.
  • Se utilizan a dosis menores que como antiulcerosos: 20 mg.

 

Elección del tratamiento

Se consideran de elección los Antiácidos No Sistémicos, por su seguridad  y eficacia. Ver

Tabla 3: “Medicamentos de primera elección en el tratamiento de la acidez gástrica”.

En general:

  • Asociación de sales de Al y Mg o un complejo Al-Mg (almagato, almasilato, hidrotalcita, magaldrato) para evitar sus efectos secundarios (estreñimiento o diarrea).

En situaciones especiales, ver Tabla 2: “Antiácidos recomendados en situaciones especiales”.

 

TABLA 2: ANTIÁCIDOS RECOMENDADOS EN SITUACIONES ESPECIALES

 

Consejos sobre el uso del medicamento

  • No tomarlo durante más de 1 semana seguida.
  • Tomarlo de 1 a 3 horas después de las comidas, al acostarse y cuando aparezcan los síntomas.
  • Para evitar interacciones con otros medicamentos, espaciar las tomas en 2 o 3 horas.
  • Los comprimidos masticables, hay que masticarlos bien antes de tragarlos.
  • No tomar antiácidos de sodio y calcio, con leche o productos lácteos (riesgo de síndrome de leche alcalino).

 

 

INTERVENCIÓN DEL FARMACÉUTICO              

 

Datos necesarios del paciente. Preguntas.

  • ¿Quién es el paciente?: Niño menor de 12 años, embarazada, anciano, enfermo crónico,…
  • ¿Qué síntomas presenta?: acidosis, regurgitación, vómitos, náuseas, pérdida de peso, sangrado, disfagia, dolor irradiado…
  • ¿Cuándo empezaron los síntomas?¿Hace más de 1 semana?
  • ¿Cómo se presentan los síntomas?
  • ¿Dónde se localiza el dolor?
  • ¿Ha padecido anteriormente síntomas semejantes?
  • ¿Tiene antecedentes familiares de úlcera péptica?
  • ¿Están los síntomas relacionados con la toma de medicamentos, comidas copiosas o picantes, alcohol, café, nerviosismo o estrés?
  • ¿Presentan los síntomas carácter estacional?
  • ¿Desaparecen los síntomas con la ingesta? ¿Aparecen los síntomas 1 o 2 horas después de acostarse?
  • ¿Presenta alguna alergia?
  • ¿Padece insuficiencia renal aguda o crónica, tendencia a la formación de cálculos renales, hipertensión, diabetes, demencia senil, enfermedad coronaria,…?
  • ¿Se encuentra embarazada o en periodo de lactancia?
  • ¿Tiene tendencia al estreñimiento o a la diarrea?
  • ¿Está tomando algún medicamento?

 

Derivación al médico (ver protocolo)

La derivación del paciente al médico está indicada en todas aquellas situaciones en que no estemos ante afecciones agudas leves justificadas por factores externos (alcohol, tabaco, comi- da, estrés…). En caso de afecciones agudas leves, podremos establecer el plan terapéutico más adecuado.

 

Plan terapéutico

En aquellos casos en que podamos intervenir con un plan trapéutico, sería aconsejable:

- Recomendar  el tratamiento adecuado para el alivio o supresión de los síntomas en ese paciente concreto.

- Dar consejo sobre hábitos, dieta y toma de medicamentos (ver “Medidas” en el apartado de “Profilaxis”).

 

 

Seguimiento del paciente (evolución)

Si la pirosis continúa tras 3 días de tratamiento o pasa a ser contínua, el paciente debe ser deri- vado al médico.

 

 

PROTOCOLO DE ACTUACIÓN EN PIROSIS       

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA

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