Terapéutica

Yervoy de BMS ya está aprobado en España en primera línea en melanoma avanzado

Bristol-Myers Squibb ha anunciado hoy que el Ministerio de Sanidad ha resuelto incluir en la prestación farmacéutica del Sistema Nacional de Salud (SNS) la nueva indicación de Yervoy (ipilimumab) en primera línea de tratamiento de melanoma avanzado (irresecable o metastásico) a partir del 1 de abril, convirtiéndose así en el primer fármaco inmunológico disponible en España para el tratamiento en primera línea de pacientes con diagnóstico de melanoma avanzado.

Yervoy es un anticuerpo monoclonal anti-CTLA-4 completamente humano que hasta ahora estaba disponible en la prestación farmacéutica del SNS para pacientes con melanoma avanzado como tratamiento en segunda línea, es decir, una vez que el paciente había progresado en su enfermedad después de recibir otros tratamientos sistémicos con indicación en melanoma, incluida la quimioterapia.

Se abre, por tanto, un nuevo horizonte para estos pacientes, ya que “podrán recibir en primer lugar el tratamiento que consideramos que es el más efectivo de los que disponemos en la actualidad”, valora Alfonso Berrocal, jefe de Sección de Oncología del Hospital General de Valencia. Un cambio de escenario fundamental, si se tiene en cuenta que, hasta ahora, para que los pacientes pudieran recibir ipilimumab en primera línea, en algunos casos, debían recibir un tratamiento sistémico, como por ejemplo, quimioterapia basada en dacarbazina que, como indica Berrocal, además de una potencial toxicidad presenta unas tasas de respuesta objetiva de entre 5% y 10%.

Los datos que han motivado esta decisión proceden de dos estudios observacionales retrospectivos (N = 273 y N = 157) que incluyen pacientes naïve a cualquier tratamiento que han recibido ipilimumab 3mg/kg y en los que, además, el 12,1% y 33,1% de los casos presentaban metástasis cerebrales en el momento del diagnóstico de melanoma avanzado. En estos estudios realizados en práctica clínica habitual con ipilimumab 3 mg/kg en monoterapia, la tasa estimada de supervivencia a 1 año fue del 59,2% (IC: 95%: 53,0- 64, 8) y 46,7% (IC 95%: 38,1-54,9), respectivamente.

Por otro lado, para esta aprobación en primera línea, se evaluó también el análisis agregado de un grupo de pacientes que no habían recibido previamente quimioterapia (N = 78) y que fueron incluidos en tres ensayos clínicos Fase 2 y dos ensayos clínicos Fase 3. Para esta población la tasa estimada de supervivencia a 1, 2 y 3 años fue de 54,1% (IC 95%: 42,5 - 65,6 ), 31,6% (IC 95%: 20,7 - 42,9 ) y 23,7% (IC 95%: 14,3 - 34,4), respectivamente.

Como indica Berrocal, “los beneficios en términos de supervivencia son claros con la nueva indicación, ya que antes no todos los pacientes que fracasaban a la primera línea accedían a la segunda, y porque ipilimumab ha demostrado eficacia en todo tipo de pacientes, con independencia de si presentan mutaciones en B-RAF o no”. Así, teniendo en cuenta el mecanismo de acción inmunológico de Yervoy, la elección de tratamiento en primera línea se realizaría en función del estado general del paciente. Además, como puntualiza Berrocal, se trata de una tasa de supervivencia que se mantiene en el tiempo a partir de los tres años, por lo que se puede comenzar a hablar de “largos supervivientes”.

Según Ignacio Melero, catedrático de Inmunología de la Clínica Universidad de Navarra, “la nueva indicación de ipilimumab es una noticia importante porque supone un avance que la inmunoterapia se posicione como una alternativa de tratamiento en primera línea del melanoma, como ya se estaba haciendo en otros países. La evidencia es que hay pacientes que claramente se benefician más de este tipo de tratamientos que de otras alternativas”.

En cuanto a los principales candidatos para recibir ipilimumab en primera línea, Melero señala que se debería evaluar no sólo la presencia de la mutación BRAF en el paciente, sino también la clínica del paciente y la evolución de la enfermedad en términos de velocidad de progresión. Al respecto, añade: “El hecho de que la respuesta a este tratamiento se caracterize por la durabilidad, hace pensar que existen grupos de pacientes que sean los mejores candidatos a utilizar en primera línea este tratamiento convirtiéndose así en posibles largos supervivientes”.

Asimismo, Melero hace hincapié en que la investigación está centrada y se muestra prometedora en la combinación de ipilimumab con agentes que bloquean el receptor PD-1 en primer línea, como nivolumab, que “probablemente supondrá un beneficio aún mayor en los pacientes”.

En lo referente a seguridad, ipilimumab se suele asociar a reacciones adversas que se producen por un aumento o un exceso de actividad inmunitaria. La mayoría de ellas, incluidas las reacciones graves, se resolvieron después de iniciarse un tratamiento médico adecuado o con la suspensión del tratamiento. Las reacciones adversas notificadas con más frecuencia (≥ 10% de los pacientes) fueron diarrea, erupción, prurito, cansancio, náuseas, vómitos, disminución del apetito y dolor abdominal. La mayoría fueron de leves a moderadas (Grado 1 ó 2).

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