Profesión

La farmacia, recurso sanitario al servicio de ciudadores y pacientes de alzhéimer

La enfermedad de Alzheimer, los cuidados a sus pacientes y los cuidadores de éstos han sido los pilares básicos sobre los que ha girado el programa de ponencias y mesas redondas de la segunda edición de las Jornadas Andaluzas de Ortopedia y Productos Sanitarios celebradas en la sede del Colegio de Farmacéuticos de Granada, co-organizador, junto con el Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (Cacof), de este encuentro.

Antonio Gutiérrez Pérez, de la Universidad de Málaga, que ofreció la ponencia inaugural, introdujo a los participantes en los últimos avances en el tratamiento de esta enfermedad, proceso neurodegenerativo para el que “aún no existen tratamientos eficaces” aunque “sí se han conseguido controlar alteraciones del comportamiento y otros factores de riesgo, de corte cardiovascular o metabólico”, avanza este investigador.

Desde su perspectiva, Gutiérrez Pérez considera fundamental que para una mejor atención a estos pacientes se les debe administrar la medicación específica lo antes posible, “quizás en fases asintomáticas”, por lo que la identificación de personas con riesgo de padecer esta patología va a ser esencial, “facilitada por la utilización de biomarcadores de diagnóstico”.

A colación de esto último, se puso sobre la mesa el papel que puede ejercer el farmacéutico comunitario como detector precoz. Así, se han examinado los beneficios que ha aportado el proyecto Radares, una experiencia piloto puesta en marcha en la ciudad de Barcelona, que contempla diferentes actividades dirigidas a identificar personas mayores en riesgo de aislamiento ante la eventual aparición de una patología neurodegenerativa como el Alzheimer o la demencia senil.

“Los farmacéuticos comunitarios de Barcelona intervenimos desde la doble vertiente profesional; como agentes de salud en un establecimiento especializado, y como vecinos integrados en el tejido social del entorno. Identificamos y comunicamos situaciones de riesgo relacionadas con la población diana, aconsejándola y derivándola a los Servicios Sociales. También actuamos como mediadores acercando este servicio a la población, e intervenimos si es necesario en lo relativo a revisión de medicamentos, mejora en la adherencia de los tratamientos establecidos, seguimiento fármaco-terapéutico con dispositivos de dosificación especializada (SPD), educación sanitaria de la patología, acompañamiento en la adquisición de hábitos de vida saludable reforzando el consejo nutricional, etc.”, explica Montserrat Gironés, vocal de Ortopedia del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, y que presentará en Andalucía los beneficios de esta iniciativa pionera.

Junto con los pacientes, los cuidadores de las personas afectadas por esta patología mental también han sido otros de los protagonistas de estas jornadas. “El cuidado al enfermo de Alzheimer se realiza en nuestro país a través de la estructura informal, mayoritariamente en el ámbito familiar. El cuidado diario de un familiar enfermo de Alzheimer supone un estrés emocional y físico importante para el cuidador. El resultado puede desembocar en un intenso sentimiento de sobrecarga, y conducir a diversas psicopatologías como depresión, ansiedad, agresividad, astenia psicofísica, etc., que a su vez pueden redundar en una merma en la calidad de la atención al paciente”, explica María Dolores Almagro, de la Federación Granadina de Alzheimer.

Según el último Informe Mundial sobre el Alzheimer 2013, el aumento en la incidencia de la enfermedad está provocando una escasez de cuidadores y una falta de apoyo social e institucional a las familias que se encargan de cuidar a los pacientes aquejados. El informe alerta de que, a medida que la población envejece, el sistema informal de cuidadores requerirá mayores apoyos de los sistemas de salud y sociales que deben estar coordinados para cubrir las necesidades de los enfermos y sus cuidadores.

“La farmacia está llamado a ser un recurso más para los cuidadores informales, ya que son una puerta de acceso al sistema sanitario, cercana y accesible. Estos cuidadores acuden a las farmacias más por las necesidades de sus enfermos que por ellos mismos, y estas deberían de servir no sólo como dispensadoras de medicamentos, sino como detectoras de situaciones de posibles patologías que debieran derivarse a otros profesionales”, apostilla Almagro.

A este respecto, José Manuel Brandi, vicepresidente del Colegio Andaluz de Fisioterapeutas, también recalca la necesidad de ampliar la atención y el apoyo a cuidadores, ya que la “atención continuada a los enfermos dependientes constituye un auténtico factor de riesgo para la salud física y mental de estas personas”.

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