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“En párkinson, todo esfuerzo de la oficina de farmacia no es en vano”

Entrevista a Laura Carrasco, directora de la Asociación de Parkinson de Madrid, en la que repasa algunos de los aspectos que destacará durante la mesa redonda en Infarma centrada en el modelo de farmacia en relación a las necesidades de los pacientes.

Laura Carrasco, la directora de la Asociación de Parkinson de Madrid, repasa algunos de los aspectos que destacará durante la mesa redonda en Infarma centrada en el modelo de farmacia en relación a las necesidades de los pacientes.

Pregunta. ¿Qué necesidades de los pacientes con Parkinson cree que pueden cubrir las oficinas de farmacia?

Respuesta. Todo el mundo conoce la importancia de un trato cercano, amable y profesional, petición de cualquier usuario, así que no voy a profundizar en ello. Sin embargo, voy a exponer sucintamente las características de la enfermedad de Parkinson en relación con sus medicamentos.

P. ¿Cuáles son estas características?

R. En primer lugar, se trata de una enfermedad crónica, aunque la longevidad de las personas afectadas es solo algo más reducida que en la población sana. Esto significa que, si la oficina de farmacia trabaja bien, tendrá usuario para muchos años. Por otro lado, la medicación de Parkinson resulta absolutamente necesaria para que las personas afectadas puedan moverse y vivir, con lo que la relación de los enfermos con su medicación es más que estrecha. Otra particularidad de este colectivo es que el cóctel de medicamentos que toman y las dosis se plantean de forma muy personalizada y resulta endiabladamente complejo dar con la “tecla” adecuada. Y el asunto de los genéricos no es baladí para esta enfermedad, puesto que la bioequivalencia entre la marca principal y sus genéricos no se cumple.

P. Ante estas particularidades, ¿qué reclaman estos pacientes a las farmacias?

R. Los afectados solicitan a sus farmacias que no les falte nunca la medicación. A veces, se produce desabastecimientos, dejando en precario a los pacientes. Los enfermos quisieran tener protección ante estas situaciones.

P. ¿Qué más esperan de la oficina de farmacia?

R. Deben ser conscientes de que no es adecuado cambiar a genérico una vez iniciado el tratamiento. Todo el equilibrio farmacológico conseguido con mucho esfuerzo por parte del neurólogo se puede ir al traste si se dispensa el genérico. Otra cosa es que el neurólogo recete desde el principio el genérico y el paciente comience su tratamiento con él, entonces no hay problema.

P. En el correcto uso de los medicamentos, ¿considera que las farmacias tienen un papel importante con las personas con Parkinson?

R. La adherencia al tratamiento de Parkinson es muy importante, por lo que todo esfuerzo e indicaciones dirigidas a ello no son en vano, aunque hay que remitir al neurólogo en caso necesario.

P. ¿Los farmacéuticos pueden ayudar a identificar los síntomas de la patología?

R. Es tremendamente complejo el diagnóstico e identificación de la enfermedad y la media para alcanzar un diagnóstico certero se acerca a dos años. Muchas veces sólo neurólogos muy especializados llegan a dar con él puesto que se trata de diagnóstico clínico. En este sentido, si el farmacéutico sospecha alguna anomalía podría indicar que pida cita con el neurólogo, pero nunca aventurarse a sugerir un diagnóstico.

P. En cuanto a la tarea de informar y sensibilizar sobre el Parkinson, ¿hay mucho por hacer?

R. Sin duda, queda mucho por hacer. Esta enfermedad sigue siendo un tabú y a las personas afectadas les cuesta dar el paso y reconocerlo. Por otro lado, el nombre “Parkinson” se conoce, pero no los problemas que conlleva. Sigue existiendo el mito de un mayor con un simple temblor en la mano. Mientras más se conozca su problemática, más apoyos tendrá el colectivo en términos de políticas y recursos que mejoren su calidad de vida. Actualmente hay una tasa de asociacionismo cercana al 14%, lo que significa que muchas personas no cuentan con la información, formación y apoyo que ofrecen las asociaciones. Esta es otra forma de sensibilizar a los mismos afectados y familiares, puesto que está demostrado que, mientras más formación e información haya, el afrontamiento de la enfermedad será mejor.

P. ¿Qué tipos de acuerdos pueden producirse entre la Asociación y entidades farmacéuticas que repercutan en una mejor atención a los pacientes y familiares y en un mayor conocimiento sobre la enfermedad?

R. En campañas de sensibilización tuvimos una experiencia muy exitosa hace años, con los colegios oficiales y Cofares, que difundieron folletos divulgativos en todas las farmacias. Ambos agentes sociosanitarios (farmacia y asociaciones) deben trabajar juntos para encontrar vías de apoyo. Las farmacias pueden contar con las asociaciones como centros sociosanitarios que pueden dar soluciones a la problemática que ellos detectan en la farmacia.

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