Al menos una de cada ocho personas podría ser vacunada en la oficina de farmacia, según se desprende de un estudio internacional encargado por la Federación Internacional Farmacéutica (An overview of current pharmacy impact on immunisation) y presentado en el marco del 76º Congreso Mundial de Farmacia y Ciencias Farmacéuticas que se celebra en Buenos Aires del 28 de agosto al 1 de septiembre.
El trabajo, que ha contado con la colaboración del University College London (UCL), revela que el 44% de los 45 países estudiados desarrollan a través de sus farmacias servicios de vacunación, lo que demuestra su expansión y creciente aceptación. Del mismo modo, en 13 de los 45 países, los farmacéuticos están autorizados para administrar vacunas.
“La Organización Mundial de la Salud estima que la vacunación salva entre dos y tres millones de vidas cada año. Es una de las medidas más seguras y más eficientes y rentables para la prevención, control y erradicación de enfermedades infecciosas que amenazan la vida. La accesibilidad y la distribución de las oficinas de farmacia como primer punto de contacto para los pacientes es una excelente oportunidad para hacer frente a la baja cobertura de vacunación”, afirma la Dra. Helena Rosado, coautora del estudio e investigadora de la Facultad de Farmacia del UCL.
El reconocimiento del papel de los farmacéuticos como inmunizadores forma parte de las directrices en torno a la profesión de la OMS y la FIP, entidades colaboradoras. Según afirma la presidenta de la FIP, la Dra. Carmen Peña, a través de este informe, se dispone por primera vez de una visión internacional sobre la inmunización desde las oficinas de farmacia, y debe servir para que los farmacéuticos la incorporen como servicio, sobre todo con el fin de aumentar la tasa de vacunación en los pacientes de mayor riesgo.
El informe recoge las experiencias en torno a la inmunización desde la oficina de farmacia de países como Argentina, Australia, Bélgica, Francia, Irlanda, Filipinas, Portugal, Sudáfrica, Suiza, Reino Unido y EE.UU. El estudio pone de manifiesto que en algunos casos la administración de vacunas forma parte de los planes de estudios farmacéuticos y que la amenaza percibida por otros profesionales de la salud ante este servicio es cada vez menor.
Nicolas Gonzalez Casares: