Profesión

El farmacéutico integrado en Urgencias, un seguro contra ‘incendios’

Pese a que son minoría los hospitales con farmacéuticos integrados en Urgencias, hay muestras de su aportación en la prevención de errores de medicación.
Héctor Alonso, farmacéutico integrado en Urgencias y coordinador del Grupo RedFaster de la SEFH.

La integración del farmacéutico de hospital en el Servicio de Urgencias es todavía un campo en el que se puede mejorar. Así se desprende del último ‘Informe Sobre la situación de los Servicios de Farmacia Hospitalaria en España: Infraestructuras, Recursos y Actividad’, publicado por la SEFH en noviembre de 2015. Éste indica que sólo el 20,2% de los Servicios de Urgencias cuentan con uno de estos profesionales integrados en su esquema. En ocasiones, además, con una cobertura horaria limitada. Con un farmacéutico en esta unidad, opina Héctor Alonso, coordinador del Grupo RedFaster (Grupo de Trabajo de Farmacia Asistencial en Urgencias de la SEFH), se puede dar “una mejor y más eficaz atención al paciente, dado que las Urgencias son una puerta de entrada al hospital y la optimización del tratamiento a la llegada va a facilitar una mejor evolución durante su estancia, previniendo eventos adversos relacionados con la medicación”.

Esa cifra del 20% indica que hay camino por recorrer, aunque también demuestra que hay ya experiencias suficientes en el territorio nacional para evaluar el valor que aporta este profesional. Precisamente, Alonso trabaja integrado en el Servicio de Urgencias del Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín desde el año 2008. ”Inicialmente estaba a media jornada, aunque luego ya me incorporé la jornada completa”, explica.

El coordinador del Grupo RedFaster divide las actividades principales del farmacéutico de Urgencias en dos grupos: las relacionadas con la seguridad en el uso del medicamento y las clínicas. Las primeras incluirían la puesta en marcha procedimientos relacionados con los medicamentos de alto riesgo, sistemas automatizados de dispensación, bases de datos informatizadas de dilución y compatibilidad de fármacos, bombas inteligentes, prescripción y registros electrónicos de administración de medicamentos, etc. Entre las clínicas, cita “el diseño de un plan farmacoterapéutico adaptado a la situación clínica del paciente con patología urgente, monitorización de su respuesta, prevención de reacciones adversas y revisión de cultivos y muestras microbiológicas, entre otras”.

 

Trabajo multidisciplinar

Pese al conocimiento del farmacéutico sobre todo lo relacionado con la farmacoterapia, Alonso reconoce que estas decisiones siempre se toman “de forma consensuada con el resto del equipo asistencial, ya sean urgenciólogos, personal de enfermería, o médicos interconsultores de otras especialidades que atienden a los pacientes en el Servicio de Urgencias”.

La actividad clínica que realiza el farmacéutico del Servicio de Urgencias del Hospital Dr. Negrín se basa en la optimización de la farmacoterapia de los pacientes ingresados en las áreas de Observación y/o pendientes de ingreso y los de la Unidad de Cuidados Críticos, con una media de treinta pacientes al día. También recibe consultas relacionadas con la medicación de cualquier persona ingresada en el Servicio de Urgencias. Gracias a su intervención profesional, dice, se ha mejorado en “la estandarización de la concentración de los medicamentos de alto riesgo, el manejo de la sobredosificación con anticoagulantes orales, la conciliación de la medicación crónica o la programación de bombas inteligentes para las administración de fármacos, entre otras”.

Además del Hospital Dr. Negrín, existen otros casos, como el del Hospital Insular de Gran Canaria. En Madrid, están el Hospital Universitario Gregorio Marañón, el Hospital Príncipe de Asturias y La Paz. También hay un farmacéutico en el Servicio de Urgencias de los hospitales de Son Llatzer (Palma de Mallorca), Vall d´Hebron, Parc Taulí y Badalona (Cataluña), así como en el de Cruces y Basurto (País Vasco).

La cobertura horaria es un aspecto variable entre centros. En el Dr. Negrín, la asistencia farmacéutica se da 7 horas al día, cinco veces en semana. “A partir de ese horario, incluyendo los festivos, el paciente recibe asistencia no presencial desde el servicio de Farmacia, incluyendo festivos”, explica Alonso. Y opina: “En Urgencias el flujo de pacientes es continuo las 24 horas del día, por lo que considero que la asistencia farmacéutica también debería serlo".

 

Resultados de un estudio

Una muestra de la aportación del farmacéutico de hospital en Urgencias puede verse en los resultados preliminares del ‘Ensayo clínico aleatorizado sobre la eficacia de un equipo multidisciplinar en la morbimortalidad de pacientes ancianos atendidos en un servicio de urgencias’, publicado en la revista Farmacia Hospitalaria, de la SEFH, y conducido por especialistas del los hospitales Príncipe de Asturias, Manacor, Jerez y Llatzer. En él participan mayores de 65 años, con al menos un fármaco para patología crónica, que acudieron a los servicios de Urgencias de los centros citados y que fueron atendidos en áreas de Observación. La intervención analizada se basaba en una colaboración interprofesional entre farmacéuticos de hospital, médicos de Urgencias y médicos de atención primaria, siendo los primeros los encargados de revisar el tratamiento previo a la visita a Urgencias con base en criterios START-STOPP.

Durante el estudio se habría detectado “una alta prevalencia de prescripciones potencialmente inapropiadas (PPI) en pacientes mayores que acuden a Urgencias”. De los 323 pacientes asignados al grupo de la intervención (342 en el grupo control), 262 presentaron alguna PPI, lo que supone una prevalencia del 81,1%. La mayoría de las PPI fueron de tipo STOPP y se refirieron al empleo inadecuado de benzodiacepinas, seguido del empleo de antiagregantes. En cuanto a las PPI de tipo de tipo START, la más frecuente fue el incumplimiento de la vacunación antineumocócica.

Identificados estos PPI, se comunicaban al médico de Urgencias implicado en el estudio. Éste podía corregirlo en el informe de alta si la visita estaba relacionada con la PPI. En caso contrario, se informaba al médico de atención primaria una vez dada el alta, haciendo una recomendación para adecuar el tratamiento.

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