La receta electrónica interoperable es una realidad en seis comunidades autónomas: Extremadura, Canarias, Navarra, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y, desde este lunes, Galicia. Sin embargo, el uso de este sistema por el que los pacientes pueden retirar la medicación prescrita por el médico en otra región aún es escaso y el proyecto avanza lentamente.
En Extremadura, primer lugar donde hace un año, junto a Canarias, se inició la interoperabilidad, apenas se han dispensado un par de centenares de recetas a pacientes de otras comunidades autónomas. En Navarra, según los últimos datos facilitados por la Consejería de Sanidad, no se había superado el centenar de dispensaciones realizadas con este sistema.
El proyecto “es más importante en cuanto a concepto que en cuanto a cifras”, afirma el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Badajoz, Cecilio Venegas. Y es que la mayoría de pacientes desconoce que tiene la posibilidad de retirar su tratamiento en las farmacias de otras comunidades autónomas. “No hay cultura de interoperabilidad, es algo que aún no ha calado en la sociedad”, subraya.
En ello influye el hecho de que la implantación del nuevo sistema está siendo lenta. Así lo apunta Ignacio Romeo, presidente del Consejo Autonómico de Colegios de Farmacéuticos de Castilla-La Mancha (Cofcam), que el pasado octubre se adhirió al sistema, aunque únicamente actúa como comunidad emisora, es decir, que los castellano-manchegos pueden ir al resto de autonomías participantes a por su medicación pero las farmacias aún no pueden dispensar medicamentos a pacientes de otros territorios, algo que está previsto que suceda antes del verano.
Romeo considera que la interoperabilidad debe acelerarse porque no es de recibo que las personas que, por vacaciones, trabajo u otros motivos, se desplazan a otras regiones no puedan retirar los fármacos recetados por su médico. “Son barreras burocráticas al acceso a la medicación de los pacientes”, asegura el presidente del Cofcam. Venegas destaca las ventajas de la interoperabilidad en el sentido de la movilidad de los ciudadanos. Explica que, en estos momentos, “el sistema permite que un paciente de Canarias al que un médico en Navarra le prescribe un medicamento, puede retirarlo en Extremadura”.
Sin incidencias importantes
A pesar de la complejidad tecnológica para hacer posible que los sistemas de receta electrónica sean interoperables, no se señalan incidencias técnicas destacables en su implantación. Para Marta Galipienzo, presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Navarra, “el proceso ha sido sencillo y no ha habido problemas, la dispensación se ha integrado plenamente con los softwares propios de gestión y está funcionando bien”, asevera. Romeo también incide en la facilidad con la que las oficinas de farmacias se adaptan a la interoperabilidad, siendo la adaptación al software mínima.
De hecho, Venegas recuerda que es el Ministerio de Sanidad quien centraliza los datos, de modo que las comunidades autónomas no interactúan entre sí, sino con el nodo central. Las oficinas de farmacia leen en la tarjeta sanitaria el Código de Identificación del Paciente, ya sea a través de la banda magnética o de forma manual y, una vez identificado el paciente, el aplicativo proporciona a través del nodo del Ministerio el listado de medicamentos dispensables.
Aragón será la próxima comunidad autónoma en incorporarse a la interoperabilidad de la receta electrónica. En estos momentos, 726 centros de salud y 2.519 consultorios de atención primaria disponen de este sistema, a los que ahora se suman los de Galicia; mientras, 5.626 farmacias pueden dispensar recetas interoperables, a las que próximamente se sumarán las 1.275 de Castilla la Mancha.
Nicolas Gonzalez Casares: