La solución a las bajas tasas de vacunación de la gripe pasa por abordar el problema con una estrategia global, más que por la incorporación de las oficinas de farmacia como centros de inmunización, según han señalado los profesionales médicos y enfermero participantes en la mesa redonda en Infarma sobre vacunación en la farmacia comunitaria.
Para Lluís Urbiztondo, jefe del Servicio de Medicina Preventiva de la Secretaría de Salud Pública del Departamento de Salud de Catalunya, es necesaria una perspectiva amplia para alcanzar el objetivo de incrementar la cobertura de inmunización. En su opinión, una de las mayores trabas que hay que superar es la desinformación de la población en torno a las vacunas. “Al ciudadano no le llega la información correcta y en ocasiones la que recibe es contradictoria”, ha señalado.
A su parecer, existen otras dificultades para alcanzar mayores tasas, como la falta de concienciación de los propios profesionales sanitarios sobre la importancia de la vacunación, como así demuestra el hecho de que muchos de ellos no se inmunizan. Capacitar a las farmacias para administrar la vacuna lo ve un proceso engorroso: “Ahora mismo, no tenemos capacidad para acreditar a miles de farmacias como centros de vacunación”, ha apuntado.
Con Urbiztondo ha coincidido Purificación Robles, médico de familia, coordinadora del grupo de Profilaxis en Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria y miembro del Consejo Asesor en Vacunas de la Generalitat de Cataluña. Considera que, antes de pensar en las oficinas de farmacia como puntos de vacunación, hay que analizar los factores por los que la cobertura actual no es suficiente, y en este sentido cree que uno de los problemas de base es la falta de formación sobre vacunas del personal sanitario.
Esta falta de conocimientos, además, provoca que la profesión adolezca de sensibilización en torno a la importancia de la inmunización, según expresó Pepi Estany, coordinadora del Grupo de Vacunas de la Asociación de Enfermería Familiar y Comunitaria de Cataluña.
Defensa de la oficina de farmacia como punto de vacunación
En representación de la oficina de farmacia, Antonio Torres, presidente de la Federación de Asociaciones de Farmacias de Cataluña (Fefac), afirmó que la falta de formación no puede ser una excusa para que la oficina de farmacia pueda ofrecer el servicio de vacunación, y que, tal y como se ha llevado a cabo en otros países, la clave se encuentra en cooperar. “No queremos sustituir a nadie, sino sumar esfuerzos”, ha subrayado.
Como ejemplo de iniciativa de coordinación entre niveles asistenciales, con resultados positivos para el sistema, ha destacado el programa de detección del cáncer de colon, que no se limita a gestionar el material para la recogida de la muestra, sino que va más allá e incluye información al ciudadano y educación sanitaria.
En contestación a Torres, Robles ha señalado, por un lado, que la realidad en otros países no es comparable a la española y, por otro, que la farmacia comunitaria tendría dificultades para identificar la población a la que vacunar, puesto que no tiene acceso a la historia clínica ni criterios para hacerlo. Además, en su opinión, la justificación de que se vacune en la farmacia no puede ser la accesibilidad, porque los centros de salud también poseen esta característica. Compartiendo opinión con Urbiztondo, considera que la clave es mejorar la información al paciente.
Para Torres, ésta también es tarea del farmacéutico comunitario, que podría desarrollarla más si participara de manera activa en las campañas de vacunación. Según ha expresado, el servicio estaría regulado por la Administración, que establecería los requisitos de formación, materiales, instalaciones, confidencialidad, etcétera, por lo que contaría con totales garantías.
Nicolas Gonzalez Casares: