Política

Ceofa pide “desactivar la bomba” de la subasta y poner precios seleccionados

El presidente de Ceofa, José Luis Márquez, ha explicado en el Parlamento de Andalucía los problemas asociados a la subasta y ha propuesto como alternativa los precios seleccionados.
Diputados de la Comisión de Salud del Parlamento de Andalucía durante las comparecencias por la Ley de Garantía y Sostenibilidad del SSPA
Diputados de la Comisión de Salud del Parlamento de Andalucía durante las comparecencias por la Ley de Garantía y Sostenibilidad del SSPA

El presidente de la Confederación Empresarial de Oficinas de Farmacia de Andalucía (Ceofa), José Luis Márquez, ha explicado a los diputados de la Comisión de Salud del Parlamento de Andalucía los múltiples perjuicios que la subasta de medicamentos provoca en los pacientes, supone “una bomba de relojería en la línea de flotación” del sistema sanitario y la equidad del SNS y afecta a la asistencia farmacéutica y, por ello, ha propuesto como alternativa a la misma los precios seleccionados.

Márquez comparecía ante la Comisión con motivo de la tramitación del Proyecto de Ley de garantías y sostenibilidad del Sistema Sanitario Público de Andalucía y ha aprovechado su intervención para desgranar las diferentes enmiendas presentadas por la patronal de farmacia, centrándose principalmente en las subastas y su problemática.

El presidente de Ceofa ha explicado que tras cinco años de subastas “sabemos con certeza que uno de los puntos débiles son los desabastecimientos” y ha dado cifras sobre los mismos: “Uno de cada cinco presentaciones tiene un abastecimiento inferior al 30% y no suministran ni una unidad del 10% de los fármacos solicitados”, ha asegurado.

No obstante, ha planteado que “el principal inconveniente de la farmacia es la pérdida de la calidad asistencial” ya que los pacientes “son el principal perjudicado por el continuo cambio de los envases”. En este sentido, ha asegurado que no se conocen “los posibles costes sanitarios producidos por la subasta por abandonos terapéuticos, intolerancia, ingresos, cambios de tratamiento, nuevas consultas”.

Todos estos problemas tampoco se encuentran, según Márquez justificados de los ahorros, que según ha explicado sería “teórico” puesto que ha denunciado la existencia de “opacidad” que impide “conocer con exactitud como tampoco conocemos las cantidades aportadas por los laboratorios, si han pagado todos o a dónde han ido esos fondos, quien lo recibe o si ha revertido en sanidad”.

Márquez considera que hay justificación más que de sobra para abandonar este sistema. Y ha enumerado diferentes cuestiones, e incluso resoluciones aprobadas por el propio Parlamento de Andalucía. El presidente de Ceofa ha señalado que la nueva Ley de Contratos Públicos del Estado supondría una traba a las subastas, lo mismo que una reciente sentencia del Tribunal de Luxemburgo que habría dictado en contra de la adjudicación a un único proveedor en un caso en los tender alemanes. Además, ha señalado las resoluciones aprobadas en el debate general sobre sanidad pública celebrado en el parlamento andaluz, “donde se aprobó que el proceso de selección de medicamentos no tuviera solo el coste sino también la capacidad de suministro, la seguridad, mayores controles de calidad, la adherencia y el ámbito territorial de los laboratorios adjudicatarios”.

Más allá, ha considerado “una bomba de relojería en la línea de flotación del SNS y la Ley de Cohesión y Calidad” que una comunidad pueda excluir medicamentos que están en la cartera básica de servicios. “No parece lógico ni igualitario” ha asegurado. Por ese motivo, ha llamado a los diputados a “desactivar esa bomba”.

Una forma de hacerlo es sustituyendo el sistema por el de los precios seleccionados, un sistema que según Márquez contentaría a todos los grupos políticos: Fue elaborado por el PSOE, el PP intentó su puesta en marcha, cubre las deficiencias del as subastas denunciadas por Podemos e IU y se ajusta a los criterios programáticos de Ciudadanos, defendió.

Además, quiso exponer las diferencias con las subastas, “aunque el resultado pueda parecer igual”. Según Márquez, “solo se seleccionarían los medicamentos de mayor consumo, que son los que generan la práctica totalidad de los ahorros. Se mantendría la cohesión del sistema, los ahorros serían transparentes, desaparecerían los desabastecimientos y se garantizaría la calidad de los medicamentos, se mejoraría la calidad asistencial, se eliminarían las quejas y se favorecería la riqueza y el empleo”.

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