Política

“Queremos racionalizar el gasto con una prescripción correcta y equitativa”

Manuel García Encabo, director general de Asistencia Sanitaria del Gobierno de Aragón, explica a Diariofarma la puesta en marcha de la Red de uso racional de medicamentos y productos sanitarios. El objetivo principal es optimizar la prescripción a través del trabajo coordinado de los profesionales.
Manuel García Encabo, director general de Asistencia Sanitaria del Gobierno de Aragón.

El Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón ha decidido crear una Red de uso racional de los medicamentos y productos sanitarios (ver información en Diariofarma), que viene regulada por la Orden SAN/1112/2017, publicada en el Boletín Oficial el pasado 8 de agosto. Su impulsor ha sido el director general de Asistencia Sanitaria, Manuel García Encabo (Soria, 1954), especialista en Medicina Familiar y Comunitaria con experiencia en el ejercicio de cargos en el ámbito de la gestión sanitaria. En esta entrevista a Diariofarma, García Encabo explica cuáles son los objetivos que se persiguen con esta medida.

Pregunta. El Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón ha desarrollado en los últimos años diversas iniciativas en el ámbito del uso racional. Entre ellas, la creación, en 2015, de la Comisión de Seguimiendo de Uso Racional del Medicamento o el Comité de Evaluación de los Nuevos Medicamentos en Atención Primaria. ¿Por qué era necesaria esta nueva Orden? 

Respuesta. La Orden pretende, con la experiencia de estos años, que todos los profesionales que se dedican al uso racional de los medicamentos y los productos sanitarios puedan aportar su conocimiento a una Red y utilizar ese conocimiento compartido en beneficio de todo el Sistema Aragonés de Salud. La Red y las comisiones que la componen será fundamentalmente de profesionales, quitando la carga institucional y administrativa. El fin es conseguir que se prescriba con los mismos criterios en todo Aragón. Para ello, vamos a hacer uso del Big Data, para que cada profesional puede disponer de la información sobre sus prescripciones y pueda contrastarla. Se trata de una Red eminentemente profesional, porque son los sanitarios los que tienen el conocimiento y eso les da derecho a expresar su criterio, trabajarlo con el resto de sus compañeros y trasladarlo después de los pacientes

P. En la introducción hacen alusión a los grandes retos relacionados con el uso racional: la cronicidad y el lanzamiento de nuevos medicamentos. ¿Puede explicar cómo se traduce esa problemática en el día a día?

R. Claro. La mayoría de los problemas en cronicidad se dan en relación con la polimedicación. Lo que vamos a intentar es, a través de sistemas informáticos, garantizar una mayor continuidad en el tratamiento. En lo que respecta a los nuevos medicamentos, partiendo de la existencia y el respeto a la libertad de prescripción, tengo que decir que el objetivo no es el de disminuir el gasto, ni aplicar un racionamiento. Lo que vamos a intentar es racionalizar ese gasto. Los profesionales, que son los que saben, opinarán sobre si un medicamento es adecuado y trataremos de que ese criterio se asiente en todos los centros por igual. Y si, por ejemplo, detectamos que el manejo de determinados fármacos requiere de unas competencias específicas fomentaremos que éste se lleve a cabo en las unidades de referencia, que para eso están creadas.

P. Decía usted que el objetivo de la creación de esta Red no es el de reducir el gasto. ¿Entonces la generación de ahorros no ha pesado nada en la creación de esta estructura? 

R. Es que yo creo que la solución al aumento del gasto farmacéutico no pasa por recortar. Yo creo que una buena prescripción y una buena adherencia son las mejores medidas para optimizar el gasto, ya que vamos a conseguir los mejores resultados en salud. Si lo que usamos no es lo mejor, aunque el coste sea bajo, no nos va a proporcionar los mejores resultados. No nos planteamos si gastar mucho o poco, sino prescribir correctamente y de forma equitativa para todo el territorio. El objetivo de un servicio sanitario es mejorar la calidad de vida de los pacientes. Lo que gaste en eso está bien gastado. Pero si lo que gasto no mejora la calidad, entonces nuestra empresa puede entrar en quiebra. Hay que cambiar el concepto de racionamiento por el de racionalización. Hay que gastar en lo pertinente, en lo que da valor, y para eso hay que contar con los profesionales, que son los que tienen el conocimiento

P. Eso implica que algunas innovaciones terapéuticas pueden quedar fuera también, claro.

R. Si la innovación de verdad mejora la salud, añade valor, se tiene que usar inmediatamente. Otra cosa es que no aporte nada. Un ejemplo claro lo tenemos en la Hepatitis C. Podemos discutir el precio, pero nadie duda de que esa innovación mejora la salud y la calidad de vida de esos pacientes. La discusión sobre si cuesta mucho o poco es diferente. El problema son las innovaciones que no aportan valor. De lo que no tengo duda es de que ante dos opciones que aporten el mismo valor pondremos la menos costosa.

P. En la Orden ustedes apuestan por la coordinación y cooperación entre profesionales implicados en el uso racional, con un claro liderazgo de los farmacéuticos de Hospital y AP, aunque con la intención de implicar a todos los profesionales, ¿no es así?

R. Está claro que la responsabilidad última es del médico que prescribe, de los profesionales de Enfermería que aplican las curas, etc. Pero tiene que haber un liderazgo, y hay pocas dudas de que son los profesionales de Farmacia los que aglutinan mayor conocimiento sobre los medicamentos.

P. En cambio, la farmacia comunitaria va a tener un papel más bien testimonial...

R. Se trata de una Red interna del Sistema Aragonés de Salud, lo cual no significa que no vayamos a establecer colaboración, como ya hacemos, con las oficinas de farmacia. Yo soy un gran defensor del modelo español de farmacia comunitaria, por su accesibilidad, por su impacto en la adherencia, por el valor del consejo, sobre todo en CCAA como la nuestra, con mucha dispersión. Las farmacias aragonesas están implicadas en la detección del riesgo cardiovascular, las hay que colaboran en la dispensación a residencias de mayores, tenemos estudios de investigación con ellos en uso de anticoagulantes orales, etc. En este caso es algo diferente, porque se trata de una Red interna.

P. Dentro de la Red se han creado una serie de comisiones. La de referencia será la Comisión de Uso Racional. En 2015 se creó una que se llamaba Comisión de Seguimiento de Uso Racional. ¿Dónde queda la anterior? 

R. La anterior quedará diluida en la nueva Comisión.

P. Entre las funciones de esa Comisión de Uso Racional estará el conocer los datos de consumo y optimizar la adquisición de medicamentos y productos sanitarios. ¿Han detectado ineficiencias que haya que corregir? 

R. Las compras siempre se pueden mejorar. Como ocurre en casi todas las CCAA, la mayor parte de las compras se realizan en el hospital, y todos sabemos que hay mucho margen para conseguir condiciones más ventajosas. Lo que vamos a intentar es optimizar las compras en todos los centros.

P. ¿Implicará eso una mayor centralización de las compras?

R. Tenemos ya centralizada la compra de algunos medicamentos. Pero hay productos en los que centralizando ganas, y otros en los que pierdes, por la distribución, por el consumo, etc. No hay un único método para optimizar la compra.

P. Otro organismo destacado de nueva creación es la Unidad de coordinación autonómica de uso racional, que tendrá un coordinador y equipo humano que pasan a depender de su Departamento. ¿Ya han sido designados?

R. Aún no, aunque la intención es hacerlo en los próximos días. Queremos que la Red eche a andar en septiembre, es decir, la semana que viene.

P. Entre las misiones de esta Unidad, además de participar en las distintas comisiones, en la elaboración de guías y protocolos y en la formación de profesionales, está el fomentar de trabajos de investigación y la conceptualización de los sistemas de información. ¿Cómo de importantes son estos dos últimos aspectos?

R. Son vitales. Nuestro sistema de información nos permite ver cómo cada medicamento y cada prescripción se relaciona con diagnóstico. Todo esa información se va a poner a disposición de los profesionales, para que la puedan comparar con el estándar. A partir del año que viene, cada médico va a tener información de lo que prescribe por cada diagnóstico, y a eso se le van a unir los resultados. De esta forma podrán evaluar sus actuaciones.

P. Entre las labores del coordinador de la Unidad está la evaluación, sobre la base de la evidencia científica, la información y formación farmacoterapéutica ofrecida por la industria. También para ello han creado la Comisión de información y actualización en farmacoterapia, que se asienta en el seno de la Red. ¿Creen que puede haber cierto sesgo en la información que ofrecen los laboratorios?

R. Yo soy médico y no tengo ninguna duda de que ese sesgo existe. Por eso mismo es importante disponer de toda la información y fomentar la actitud crítica. Vamos a tratar de tener las mejores evidencias y que sean compartidas por los profesionales. No obstante, hay que tener en cuenta que después cada paciente es un caso distinto y las evidencias hay que adaptarlas a sus características.

 

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