Política

Cabezón cree que para cooperar en HTA se necesita independencia y rigor

La eurodiputada ha presentado un primer borrador de informe a la Comisión de Medio Ambiente y Salud Pública, en relación con el nuevo reglamento que está impulsando la CE para cooperar en HTA. El texto final se votaría en octubre en el Parlamento.
La eurodiputada socialista, Soledad Cabezón, miembro de la Comisión de Medio Ambiente y Salud Pública.

La eurodiputada socialista Soledad Cabezón habría presentado un informe ante la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria (ENVI) del Parlamento Europeo, para comenzar a fijar posiciones con respecto a la propuesta de reglamento de la Comisión Europea para la cooperación entre los Estados miembro en  evaluación de la tecnología sanitaria (HTA). En su opinión, esta iniciativa "es un paso hacia más Europa, y pone en el centro a los pacientes". No obstante, ha remarcado la necesidad de mejorar "la confianza entre las partes". A partir de la presentación del texto, ahora los grupos parlamentarios podrán presentar sus enmiendas al mismo, de modo que el documento final pueda votarse en el Parlamento Europeo. Se prevé que dicha votación podría producirse a finales de octubre.

"El proceso de evaluación necesita de confianza entre las partes y para eso hay que garantizar su independencia, objetividad, transparencia y calidad", ha asegurado Cabezón, reclamando que lo lleven a cabo expertos independientes de las agencias nacionales y/o regionales con una metodología científica de alta calidad, basada en el mayor nivel de evidencia disponible y actualizada.

La eurodiputada, que ha recordado que ésta actuación de la CE es uno de los frutos de la presentación del informe de medidas para mejorar el acceso a los medicamentos en la UE, el cual lideró, considera que "el ámbito de aplicación propuesto por la Comisión Europea es ambicioso", y por eso ha pedido también que se haga hincapié en la evaluación de aquellas tecnologías que precisen aumentar su evidencia de forma especial al tratarse de innovaciones disruptivas, de necesidades médicas no cubiertas o aquellas que se prevé que puedan tener un mayor impacto en la salud o en el ámbito social o económico.

También se ha referido a los recelos que han ido surgiendo por parte de la industria, y ha opinado que los productos sanitarios no deben ser excluidos de esta modelo de evaluación cooperativa, aunque precisen metodología diferenciada de los medicamentos. De hecho, opina que es en este segmento en el que "hay más fragmentación y más necesidad de aumentar la evidencia de su valor añadido".

Colaboración en otros ámbitos

Cabezón ha pedido también que se refuerce la colaboración voluntaria entre los Estados en la desinversión de la tecnología obsoleta, en la evaluación de la medicina de precisión, el uso compasivo o los nuevos marcos de precios y reembolso, así como que el objetivo de los diálogos tempranos con la industria sea dirigir las prioridades de investigación y mejorar la eficiencia de los recursos en investigación.

Finalmente, se ha mostrado convencida de que "una evaluación europea que acredite la calidad es un valor añadido que puede permitir mejorar la competitividad de la industria europea, así como el acceso a las tecnologías sanitarias por la ciudadanía europea. Para que esto sea así, la clave está en garantizar la calidad del proceso científico de evaluación".

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