Política

El gasto farmacéutico creció menos en Comunidad Valenciana durante 2019

La Consejería de Sanidad ha revelado que el aumento del gasto farmacéutico fue del 1,97% en 2019, mientras que el alza en 2018 fue del 2,56%. El cambio en el modelo de dispensación y algunas medidas para ganar eficiencia, entre las causas.
José Manuel Ventura, director general de Farmacia de la Comunidad Valenciana

La Consejería de Sanidad de la Comunidad Valenciana ha ofrecido datos relativos al gasto farmacéutico en 2019, año en el que éste habría aumentado un 1,97%, un porcentaje inferior con respecto al 2,56% registrado en 2018.

De esta merma en el crecimiento se derivaría un ahorro cercano a los ocho millones de euros, y se debe, explican, a las diferentes medidas implementadas, entre ellas el nuevo modelo de planificación de recetas puesto en marcha en noviembre de 2019, que incorpora los antiguos calendarios de dispensación y anula la caducidad de las recetas dentro de su período de vigencia, mejorando así la flexibilidad a la hora de dispensar los tratamientos prescritos.

El nuevo modelo de dispensación, que empezó a funcionar en noviembre, habría reportado además, indican, "una importante reducción: tanto del gasto global (-4,6%), como del número de recetas (-3,7%)".

La Consejería hace referencia a "otras medidas encaminadas a incrementar la eficiencia", que habrían tenido un impacto negativo en el gasto por receta, con caídas desde el -0,11% en el mes de marzo hasta el -1,21% en junio.

Medidas para ganar eficiencia

Destacan, a este respecto, el desarrollo de líneas de actuación dirigidas a que los sistemas de información favorezcan y asistan a los profesionales, el rediseño de indicadores y objetivos en los Acuerdos de Gestión, y "la gran labor de los departamentos y los facultativos en la selección, identificación y utilización de los productos más idóneos y eficientes para los pacientes".

Estas medidas de eficiencia han sido fundamentales, prosiguen, para compensar medidas como la exención del copago farmacéutico a personas en situación de vulnerabilidad o el acceso a las nuevas terapias para la hepatitis C, el cáncer, las enfermedades raras o el dolor, así como a los nuevos sistemas de monitorización de glucosa. "La incorporación de estas prestaciones está asociada a un coste muy importante que solo puede ser satisfecho mediante una política y una gestión eficiente, basada en las mejores prácticas, en la mayor evidencia y en el compromiso de los profesionales y la responsabilidad de la ciudadanía", concluyen.

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