Política

La anticipación, base necesaria para un acceso ágil a terapias de alto coste

Encarnación Cruz, Antoni Gilabert y Marta Moreno han compartido mesa en la Jornada de Innovación Terapéutica del CGCOF, donde han debatido sobre cuál es mejor modelo para financiar las terapias de alto coste. Todos han coincidido en los beneficios de iniciar un diálogo para llegar a esquemas que garanticen acceso y sostenibilidad.
Imagen de la mesa sobre modelos de financiación de la Jornada de Innovación Terapéutica.

Gestores, pagadores e industria comienzan a estar convencidos de que para garantizar un acceso ágil a la amplia gama de tratamientos de alto impacto económico que vienen sin poner en peligro la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud (SNS) va a hacer falta mucho diálogo y que éste se inicie lo antes posible. Así lo han puesto de manifiesto tres expertos de primera línea, como son la coordinadora de Terapias Avanzadas de la Comunidad de Madrid, Encarnación Cruz; el director del Área de Farmacia y Medicamentos del Consorcio Social y de Salud de Cataluña, Antoni Gilabert, y la directora de Market Access y Public Affairs de Novartis Oncología, Marta Moreno, que han protagonizado la mesa sobre nuevos modelos de financiación de la Jornada de Innovación Terapéutica organizada por el CGCOF con el patrocinio de Novartis.

Ya es conocida la métafora de la torre de control que suele emplear Gilabert para subrayar la importancia de la anticipación. En esta ocasión, volvió a tirar de ella, pero para reconocer que, de facto, la capacidad anticipatoria está aún por desarrollar en la comunidad autónoma de Cataluña y en todo el Estado español. Admitió, no obstante, que existen ya algunas experiencias de éxito que permiten albergar esperanzas. "Con las CAR-T, se puede decir que el SNS ha actuado con anticipación", ha subrayado, elogiando la labor de los gestores del acceso a las primeras terapias de estas características incorporadas a la prestación.

Tras la intervención de Gilabert, más orientada a reconocer la labor de los representantes de Ministerio y comunidades autónomas, Moreno ha reivindicado el papel jugado por la industria (su compañía, concretamente), en el caso de Kymriah, la primera terapia CAR-T aprobada, y ha tirado la vista atrás para recordar las primeras conversaciones con el Ministerio "cuando el medicamento todavía no había obtenido la autorización de la Comisión Europea".

Para la responsable de Novartis, el éxito ha estado en que Ministerio y laboratorios se han sentado juntos "desde el inicio, estableciendo juntos el modelo, los criterios que tenían que cumplir los hospitales para poder administrar las terapias...". "Creo que ése es el camino para las innovaciones que llegan", ha afirmado, reclamando que la colaboración se mantenga en todo el proceso, incluido el registro, ya que, hasta el momento, los laboratorios han sido excluidos de todo lo que tiene que ver con la construcción de Valtermed, plataforma de información que va a servir para hacer el seguimiento de resultados que determinarán los pagos de los medicamentos de alto impacto, incluidas las CAR-T.

En la misma línea que Gilabert y Moreno se ha mostrado Cruz, que ha considerado "ideal" la aplicación del Horizon Scanning para poder conocer lo que llega. Eso, y, como reivindicaba la responsable de Novartis, "empezar a hablar antes" con los laboratorios. A su juicio, éste fue uno de los principales aprendizajes de los que gestores involucrados en la incorporación de los antivirales de acción directa para la hepatitis C. "Aprendimos que la presión genera insatisfacción y hace que se tomen decisiones precipitadas", afirmó.

La opción del pago por resultados

Sentadas las bases formales, los ponentes entraron también al debate metodológico, y todos coincidieron en que, de cara a los tratamientos de alto impacto con incertidumbre asociada, el pago por resultados es una buena opción. Cruz destacó, entre sus principales ventajas, que "permiten cuantificar el valor y que realmente se paga por lo que tenemos que pagar". "Además, permite avanzar en el conocimiento del fármaco y la enfermedad e implican a equipos multidisciplinares", añadió, tras mostrar su preocupación por los precios elevados que se están pagando en Estados Unidos por terapias avanzadas que aún no han llegado a Europa.

Entre los contras, reconoció la dificultad para definir variables de resultados y la complejidad de llegar a un acuerdo sobre el rango de efectividad del que se derivará el pago y el que no. "Incluso si el objetivo es claro, la prueba diagnóstica puede no ser concluyente", prosiguió, sumando a éstas las dificultades administrativas que implica el condicionamiento de los pagos y la necesidad de disponer de sistemas de información amplios y precisos, una laguna que viene a cubrir Valtermed.

Todas esas complicaciones son las que, aseguraba Moreno, les trasladan a los laboratorios cuando van a hablar con la Administración de estas cuestiones. Pero, para Gilabert, esta sensación de complejidad no puede ser óbice para avanzar en lo que debería ser un cambio cultural que debería impregnar cada rincón del sistema sanitario. Y es que, opinó, "la razón de ser de un hospital no es ahorrar dinero, sino obtener resultados en salud. Y esos resultados están". No negó, sin embargo, la complejidad que implica el registro y la explotación, "pero no debe ser más complejo eso que desarrollar una CAR-T o mandar un cohete a la Luna", concluyó, con cierta ironía.

Moreno puso también encima de la mesa la fijación de precios por indicación, un planteamiento que viene haciendo la industria desde hace tiempo, aunque ni Gilabert ni Cruz se mostraron muy convencidos de que ésta vaya a ser una buena solución, por el peligro de que termine sirviendo a una maximización de beneficios por parte de la industria en perjuicio de la Administración. El responsable del Área de Farmacia del Consorcio Social y de Salud de Cataluña lanzó una contrapropuesta. En lugar de un precio para un medicamento y una indicación, propuso "un coste de financiación para una indicación", en la que el pagador determina lo que está dispuesto a pagar por curar esa enfermedad. "Eso sí tiene sentido. De hecho, a los hospitales se nos paga por costes estimados en relación con la enfermedad, independientemente de que operemos o no", afirmó. A Cruz se le vio más conforme con esta opción.

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