Un total de 25 organizaciones del sector sanitario, la mayoría de ellas sociedades científicas, han suscrito un manifiesto para la creación la Alianza Multidisciplinar frente a los Errores en la Medicación del Paciente Hospitalizado en España, iniciativa promovida por el Foro Español de Pacientes y la Sociedad Española de Calidad Asistencial.
La Alianza considera que hay varias razones para actuar de inmediato en este ámbito. En primer lugar, señalan datos de la Estrategia de Seguridad del Paciente en el Sistema Nacional de Salud 2015-2020, donde se indica que se producen hasta 17 incidentes diarios por cada 100 pacientes, si bien el 87% no llegan a percibirse, aunque los riesgos existen. Recuerdan, citando a la OMS, que influye en la ocurrencia de errores los sistemas de medicación poco robustos, así como la fatiga y la falta de efectivos en las labores de prescripción, dispensación, administración y monitorización.
Apuntan, seguidamente, que buena parte de los efectos adversos son prevenibles. Concretamente, el 42,8%, según datos del Estudio Nacional sobre Efectos Adversos ligados a Hospitalización, realizado en 2005; que los errores de medicación suponen sufrimiento para pacientes y profesionales, además de añadir costes y perjudicar la sostenibilidad, y que se trata de una prioridad identificada por la OMS en 2017, donde puso como objetivo una reducción del 50% de los daños por este motivo en 5 años.
En cuanto a las actuaciones que recomiendan, las primeras se sitúan en el plano regulatorio, y piden, concretamente, "una norma a nivel nacional, de obligado cumplimiento, que garantice la seguridad en la utilización de la medicación a pie de cama de todos los pacientes hospitalizados, siendo prioritario dicho desarrollo normativo para pacientes y medicación de alto riesgo". Asimismo, se refiere a la necesidad de desarrollar, por parte de las administraciones central y autonómicas, "normas de obligado cumplimiento que garanticen la trazabilidad de medicación a pie de cama de todos los pacientes hospitalizados", con prioridad, igualmente, para pacientes y medicación de alto riesgo.
En esas normas debería regularse y ponerse plazo para, según las entidades firmantes, "la instauración completa de la prescripción electrónica, preparación automatizada, unidosis con código de barras, sistemas automatizados y armarios automatizados de dispensación, sistemas de administración de medicación con código de barras (BCMA), conectividad por WIFI en todas las áreas del hospital y bombas de administración inteligente de medicación, conectadas si es posible al BCMA, y sistemas inteligentes de apoyo a la toma de decisiones en la prescripción y administración", entre otros. Todo ello, con la debida "dotación presupuestaria".
Junto a eso, consideran imprescindible el "impulso de sistemas de reporte de los errores de medicación, obligatorio y no punitivo, con el fin de aprender de ellos y establecer mejoras, como es el Sistema de notificación y Aprendizaje para la Seguridad del Paciente (SiNASP) para la notificación, registro, análisis e implantación de medidas correctoras".
También se hace necesario, apuntan, el "desarrollo de un programa de formación y sensibilización para pacientes y profesionales de la Sanidad, médicos, farmacéuticos, Enfermería y demás profesionales implicados, sobre los riesgos y la prevención de los errores de medicación en los hospitales", y una "adecuada dotación de recursos humanos, que permitan alcanzar una ratio por paciente que no ponga en riesgo por sobrecarga la seguridad de las tareas, que perturbaría la prevención de los errores de medicación".
Por último, llaman a adoptar "los soportes tecnológicos que facilitan el uso seguro de la medicación, alertas y el registro de la actividad". "No solo detectan los errores de medicación, sino que los evitan en tiempo real", culminan, insistiendo en que todo ello requiere una adecuada "dotación presupuestaria".
Junto a las entidades promotoras ya mencionadas, cabe señalar que apoyan estas reivindicaciones los consejos generales de colegios oficiales de farmacéuticos, enfermeros y médicos, las sociedades de Farmacia Hospitalaria, de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias, de Cuidados Intensivos Pediátricos, de Hematología y Hemoterapia, de Hematología y Oncología Pediátricas, de Medicina Interna, de Farmacología Clínica, de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene, de Médicos de Atención Primaria, de Medicina de Familia y Comunitaria, de Médicos Generales y de Familia, de Medicina de Urgencias y Emergencias, de Enfermería Intensiva y Unidades Coronarias, de Enfermería Oncológica, de Atención al Usuario de la Sanidad y de Directivos de la Salud, así como la Fundación para la Excelencia y la Calidad de la Oncología, las asociaciones de Enfermería Pediátrica, de Administrativos de la Salud y de Buenas Prácticas en Seguridad de Pacientes. También la Alianza de la Sanidad Privada Española y la Fundación Tecnología y Salud.
Nicolas Gonzalez Casares: