La Sociedad Española de Farmacia de Atención Primaria (Sefap) ha informado de un programa puesto en marcha en residencias privadas de ancianos, bautizado como Resifap, un programa de revisión de tratamientos en pacientes institucionalizados que se habría llevado a cabo durante un año en 23 residencias privadas de las direcciones asistenciales Norte y Noreste de Madrid y en el que se implicaron 50 Médicos de Familia y 24 Médicos de Residencia bajo el liderazgo y la coordinación de 14 farmacéuticos de atención primaria.
Rafael Aguilella Vizcaíno, miembro Sefap y uno de los coordinadores del programa, ha explicado que la población que reside en estos centros "tiene edad avanzada, múltiples patologías y toma un gran número de medicamentos", lo que considera "un mix perfecto para que puedan aparecer problemas de seguridad relacionados con los fármacos".
A través de Resifap, los farmacéuticos de Atención Primaria revisan los tratamientos de los pacientes institucionalizados y realizan un informe con una serie de recomendaciones dirigidas a optimizar los tratamientos, poniendo el foco principalmente en la seguridad, sin olvidar aspectos clave como la efectividad o la eficiencia, explican.
Dentro del marco del programa, indica Aguilella, "tres de cada cuatro recomendaciones realizadas por el FAP fueron aceptadas", un dato del están "muy satisfechos", ya que denota que sus recomendaciones "son bienvenidas por los médicos y conllevan cambios en los pacientes".
A medida que han ido realizando actuaciones, han detectado "un número importante" de posibles problemas relacionados con la medicación, "la gran mayoría relacionados con situaciones que podrían comprometer la seguridad del paciente". Entre ellos, tratamientos con una duración mayor a la recomendada, el uso de medicamentos sin una indicación clara, el uso de fármacos que podrían ser sustituidos por alternativas más seguras, el exceso de psicofármacos, y un gran número de casos en los que la medicación pautada en la residencia no coincidía con la prescripción en receta electrónica de los pacientes.
"Esto último nos preocupa bastante", confirma el miembro de Sefap, "porque si el paciente ingresa en un hospital, la medicación oficial que consta que está tomando es la de la receta electrónica, y es fundamental que esta información siempre esté actualizada". También habrían realizado un gran número de recomendaciones orientadas a ajustar las dosis de los fármacos (principalmente en pacientes con insuficiencia renal), a iniciar algún tratamiento que estuviera ausente, y a facilitar la toma de medicación en aquellos pacientes con trastornos en la deglución
El equipo del proyecto Resifap también habría diseñado una herramienta que permite estimar el impacto económico de estas medidas. Para ello, realizaron un pilotaje en una residencia del municipio madrileño de San Sebastián de los Reyes, con 88 pacientes de una edad media de 85 años y 9,17 principios activos. De las 548 recomendaciones realizadas, relacionadas, con posibles problemas relacionados con la medicación, fueron aceptadas el 75%, lo que habría tenido un impacto económico de unos 36.482 euros.
Aguilella subraya que se trata solo de 88 pacientes que, además, "fueron revisados dentro de las múltiples actividades que los FAP realizamos cada día". "¿Qué ocurriría si un FAP estuviera dedicado exclusivamente a revisar tratamientos de este tipo de pacientes institucionalizados?", se pregunta, y responde que es además de mejorar la seguridad del paciente, se generarían, de forma indirecta, generaría ahorros al sistema sanitario. Por eso, considera que si un proyecto como Resifap se generalizase en todo el territorio nacional "redundaría, además de en un aumento considerable en la seguridad del paciente y en la efectividad de los tratamientos, en un uso más adecuado de los recursos públicos".
Nicolas Gonzalez Casares: