La Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac) y las sociedades médicas de Atención Primaria (Semergen) y Medicina General (SEMG) han elaborado un documento, titulado 'COVID-19: problemas y soluciones en atención primaria y farmacia comunitaria', que contiene la posición de estas organizaciones sobre cómo aprovechar mejor los recursos de farmacias y Medicina de Atención Primaria durante esta nueva fase de la pandemia, ya que consideran que en la fase anterior no se les ha valorado adecuadamente.
El documento se divide en varias partes, en las que se hace una valoración sobre los efectos y el impacto de la pandemia en la atención primaria (AP) y la farmacia comunitaria, los cambios que se han provocado en la actuación de los profesionales, cómo debería ser la coordinación entre los centros de salud y las farmacias, qué papel pueden desempeñar algunos servicios farmacéuticos y medidas para facilitar el desconfinamiento.
Se quejan de que tanto la AP como la red de farmacias comunitarias no fueron suficientemente valoradas por la Administración en la gestión de la crisis, especialmente en los comienzos. Asimismo, apuntan la insuficiente dotación de los recursos humanos y materiales. En este punto, señalan, de forma específica, al acceso reducido a los equipos de protección individual (EPI), que podría haber tenido un elevado coste en la salud de estos profesionales, pues en torno a un 20 % de los afectados son profesionales sanitarios y han fallecido 18 médicos de Atención Primaria y 16 farmacéuticos comunitarios.
Laura Aliaga, coordinadora del grupo de trabajo de Gestión del medicamento, inercia clínica y seguridad del paciente de Semergen y una de las autoras del documento señala que la Atención Primaria "ha tenido un papel fundamental desde el inicio de la crisis, pero el riesgo de colapso del nivel hospitalario ha obligado a dirigir los, ya de por sí, mermados recursos del primer nivel hacia el nivel hospitalario, poniendo en riesgo el correcto funcionamiento del sistema en su conjunto".
Por su parte, Francisco José Sáez, responsable del Grupo de Trabajo de Cronicidad de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y coautor, opina que con la pandemia se está demostrando "la importancia de desterrar el hospitalocentrismo" y la necesidad de "establecer mecanismos de colaboración entre los profesionales sanitarios del primer nivel -médicos de Familia, enfermeras y farmacéuticos comunitarios- para mejorar la atención a los ciudadanos, en especial, a los pacientes crónicos, grandes olvidados en múltiples y desgraciadas situaciones generadas por el coronavirus".
En el documento se destacan las actuaciones en coordinación entre niveles y profesionales, cuando se ha dado, como una consecuencia de la voluntad de los profesionales, más que del empuje de las administraciones. Opinan, por ello, que "es imprescindible mejorar la comunicación y la elaboración de protocolos y sesiones conjuntas entre centros de salud y farmacéuticos comunitarios, pero también con los profesionales sanitarios de otros niveles asistenciales".
Esa protocolización y colaboración es imprescindible, apuntan, en situaciones que requieran de una prescripción complementaria (tras un diagnóstico y un plan de acción médico, otros profesionales sanitarios, como los farmacéuticos, pueden complementar la acción) o una dispensación excepcional (cuando el paciente llega a la farmacia y hay un problema de tipo administrativo con su receta, la situación podría resolverse de forma protocolizada con la intervención del farmacéutico comunitario y en coordinación con el médico). Lola Murillo, coautora del documento y responsable del área de Cronicidad y AP de Sefac, explica que "estas intervenciones son especialmente relevantes en momentos como el de la presente crisis, en la que los farmacéuticos comunitarios se han convertido en profesionales sanitarios de referencia y las farmacias en un establecimiento esencial".
Y aunque la mayoría de los servicios farmacéuticos han quedado detenidos con la pandemia, por la necesidad de extremar las medidas de seguridad y limitar los contactos, destacan la fuerte actividad en la resolución de consultas en síntomas menores. Asimismo, hacen referencia a la emergencia de la entrega de medicamentos a domicilio. Vicente J. Baixauli, vicepresidente de Sefac y también coautor, considera, este respecto, que "la crisis ha puesto de manifiesto que existe una necesidad clara, por parte de los pacientes más vulnerables, como las personas mayores con enfermedades crónicas, de facilitarles la accesibilidad de sus tratamientos". Aquí se incluyen también las experiencias surgidas para facilitar la dispensación de medicamentos hospitalarios en las farmacias comunitarias, aunque en la mayoría de las ocasiones se haya optado por otras fórmulas.
Finalmente, de cara a esta nueva fase de desconfinamiento y desescalada, estas tres sociedades reivindican la figura de los profesionales de Atención Primaria y a la farmacia, que, dicen, "deben ser la referencia fundamental durante ese proceso". Eso implicaría, concluyen, "dotar de recursos a sus estructuras, de medios de seguridad, aumentar la capacidad para la realización de test a la población (utilizando también a la red de farmacias si es necesario)". Llaman también a "no olvidar que muchas patologías crónicas, ahora escondidas, pueden volver a surgir con fuerza cuando se levanten las restricciones de movilidad".
Nicolas Gonzalez Casares: