Profesión

La farmacia comunitaria exige mayor peso en la lucha contra la pandemia

El Congreso de Sefac ha abordado el papel que los farmacéuticos pueden desempeñar para la colaboración con el resto del SNS durante la pandemia.

La farmacia comunitaria debe ocupar un papel mucho más decisivo dentro de las estrategias de salud nacionales para hacer frente a la covid-19. Más de 22.000 oficinas de farmacia y millares de profesionales plenamente formados para ofrecer consejo farmacéutico, y realizar pruebas diagnósticas quieren tener un papel más preponderante y más decisivo a la hora de paliar los efectos de una pandemia  que amenaza gravemente con seguir colapsando nuestro sistema sanitario.

El IX Congreso Nacional de Farmacéuticos Comunitarios, que se está celebrando de forma virtual esta semana, ha servicio en su segunda jornada de trampolín para lanzar nuevamente esta reivindicación de los farmacéuticos al debate sanitario, a través de una mesa en la que varios de los principales expertos del país reflexionaron sobre las lecciones que hemos aprendido ya de la infección y las que aún nos quedan por aprender.

Para la mayoría de los expertos, aún queda por aprender que el mundo, en general, y el sanitario en particular van a cambiar y que es preciso ir paulatinamente incorporando “profesionales y profesiones” que aporten información y medios a los ciudadanos, como indicaba José Martínez Olmos, exsecretario general de Sanidad y profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública.

El presidente de la Sección de Farmacia de la Federación Internacional de Farmacéuticos (FIP), Lars-Åke Söderlund, era aún más claro al exigir que la farmacia comunitaria debe pasar “a ocupar un papel en primera línea” dentro de las estrategias de nacionales de salud de todos los países, algo que indica, “no ha ocurrido en ningún país europeo en los primeros momentos de la pandemia”.

En el caso español Vicente Baixauli, vicepresidente de SEFAC, compartía esa misma idea señalando que “no se ha contado” con los farmacéuticos y solamente han sido “protagonistas en cuestiones secundarias y alejadas” de su función, como ha sido el precio de las mascarillas, cuando la realidad es que, según este farmacéutico, han demostrado que pueden “hacer mucho más”. Además, Baixauli ha remarcado que cuando lo han podido hacer “se ha hecho francamente bien”.

El papel de las farmacias no sólo en la dispensación, sino en el acompañamiento a los pacientes y en la puesta en práctica del consejo farmacéutico ha sido clave en estos meses, en los que muchos ciudadanos, ante las restricciones impuestas por la covid-19 y la saturación de los centros de Atención Primaria. “Las oficinas de farmacia se han convertido en los centros de salud refugio de muchos ciudadanos”, aseguró Eduardo Pastor, presidente de Cofares. El presidente de esta distribuidora dejaba en el aire una pregunta clave en el debate: “¿Si los centros de Salud están colapsados porque no se permite a las farmacias colaborar?”.

La opinión de Pastor se refuerza con la que transmite Salvador Tranche, presidente la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SemFYC), quien considera que la situación de la Atención Primaria en España es actualmente de colapso. “Los médicos de AP estamos trabajando hoy más que nunca y sin embargo, tenemos la sensación de que no estamos solucionando los problemas de los ciudadanos”, afirma. Este experto recuerda que “aunque la covid es muy importante no hay que olvidar que hay un 30% de incremento de mortalidad que no es debida a la covid, y que a veces puede tener su origen en la falta de atención”.

Ventana de oportunidad

Todos los expertos reunidos en la mesa de ayer coincidieron en señalar que esta segunda oleada de la pandemia debe ser enfocada como “una ventana de oportunidad”, en palabras de Baixaulí.

Mariano Esteban, jefe de Grupo de Poxvirus y Vacunas del Centro Nacional de Tecnología (CSIC) incide en esa idea de que la pandemia “va a cambiar la estructura sanitaria” y que ahora no es tanto el momento de “hacer balance, sino de establecer que pautas vamos a mantener en los próximos meses para frenar la pandemia”. 

A este respecto, Martínez Olmos apuntó dos áreas de mejora que se deben abordar de forma inmediata. “Por un lado es necesario tener una reserva estratégica de materiales de prevención”, que garanticen que se puede hacer frente a la aparición de cualquier pandemia y que permitan dotar de medios materiales tanto a los profesionales como a la ciudadanía en general, y por otro, “es necesario tener más transparencia en la toma de decisiones”, dirigidos tanto a “dar tranquilidad a la ciudadanía y seguridad jurídica a las empresas”, como a garantizar “una correcta toma de decisiones por parte de las administraciones sanitarias”.

Sobre esta última cuestión, el que fuera secretario general del Ministerio de Sanidad indica que el sistema sanitario español necesita “indicadores específicos, que sirvan para detallar los umbrales que nos hagan pasar de un nivel a otro con plenas garantías”.

Es precisamente en esta cuestión a la hora de recabar datos donde la Farmacia Comunitaria está en condiciones de prestar un gran servicio al conjunto del sistema sanitario. Söderlund afirmó que “la farmacia debe ser vista como una extensión del sistema sanitario y por ello puede representar un papel crucial en esta crisis a la hora de aportar información y consejo sanitario, así como a la hora de practicar pruebas para las que los profesionales de las farmacias están perfectamente cualificados”.

Igualmente, el presidente de la sección de Farmacia de la FIP indicó que “es preciso potenciar desde la farmacia el desarrollo de las nuevas tecnologías que nos permitan llegar a todos los ciudadanos y la atención a domicilio, como un medio eficaz de trasladar a los usuarios una respuesta rápida a sus necesidades”.

En esta idea de colaboración dentro de la transformación del sistema sanitario, que según todos los expertos, se avecina de forma inexorable, Pastor aseguró que “la farmacia no se queja, está para colaborar en la mejora de un sistema sanitario que es propiedad de los ciudadanos”.

Esteban, por su parte asegura que el remedio eficaz para esta pandemia es la vacuna y aunque “en un par de meses veremos ya resultados sobre la eficacia de los diversos proyectos que se están desarrollando”, debemos estar preparados para “un escenario que podría extenderse un par de años”.

En este contexto “la farmacia comunitaria es esencial, porque estamos en una situación en la que se nos necesita a todos”, asegura, al tiempo que afirma que “el farmacéutico está facultado para realizar muchas acciones y por su disposición social, está en condiciones de conseguir un mayor número de pruebas de las que actualmente se están realizando”.

Por ello, para este experto resulta evidente que “el farmacéutico puede y debe participar en el proceso de control de esta pandemia”.

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