Opinión

Sefac, más clínica que nunca

Artículo de opinión de Miguel Ángel Gastelurrutia, farmacéutico comunitario y ex presidente de Sefac en el que analiza las implicaciones del cambio de denominación que Sefac ha aprobado en su último congreso.

Artículo de opinión Miguel Ángel Gastelurrutia, ex presidente de Sefac

Miguel Ángel Gastelurrutia

En el congreso de la Sefac, que se ha celebrado esta mañana, esta sociedad científica ha añadido a su nombre el adjetivo “clínico”, pasando a denominarse Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac). A mí, personalmente, me ha producido una gran alegría el que la Farmacia comunitaria (FC) española haya recuperado un término que había “abandonado” hace años. Es cierto que el movimiento de la farmacia clínica, iniciado en los años 70-80 en nuestro país, se centró fundamentalmente en la farmacia del hospital, pero también lo es que la Farmacia, tal como la definió el profesor Hepler en su magnífico artículo “pharmacy as a clinical profession” (1986), es en esencia (¡debe serlo!) una profesión clínica. De hecho, también en el Consenso de Atención Farmacéutica promovido por el Ministerio de Sanidad (2001) se afirmaba que los servicios de dispensación, indicación farmacéutica y seguimiento farmacoterapéutico son servicios eminentemente clínicos y lo son “por estar orientados a la asistencia al sujeto en el manejo de los medicamentos antes que al medicamento en sí”, a la vez que están “relacionadas con el uso racional del medicamento”.

Precisamente, en esto se basa el discurso actual de prácticamente todos los líderes profesionales españoles que hoy defienden que la FC debe pasar de estar centrada en el producto a prestar una atención más asistencial basada en la práctica de servicios profesionales, es decir, basada en la prestación de servicios clínicos. Discurso, por cierto, que hace tan sólo unos pocos años, estaba circunscrito a un pequeño puñado de farmacéuticos a los que con mucha frecuencia se nos denominaba como “apóstoles”. Afortunadamente, ese discurso ya ha sido aceptado por la mayoría del colectivo y, por tanto, hoy sabemos, permítaseme la expresión, “qué queremos ser de mayores”. Tan solo falta que el colectivo dé el paso definitivo hacia esa farmacia clínica y asistencial que hoy todos propugnamos; es decir, sólo falta la determinación de querer cambiar de verdad y asumir los cambios necesarios con decisión, sin miedos. Para ello, nuestros líderes deben de estar totalmente convencidos y, como digo, tener la determinación suficiente para dar ese salto del “discurso” a la “práctica-acción”.

El cambio de la práctica supone inevitablemente un cambio en los hábitos y comportamientos de los profesionales de la farmacia, así como de otros aspectos que permitan mantener la rentabilidad de las farmacias prestadoras de servicios. Si lo que se pretende, como se dice, es implantar una práctica basada en el conocimiento, en la prestación de servicios basados en la evidencia, resulta imprescindible realizar un análisis del sistema actual de remuneración de la FC que hoy sigue basándose en la recepción de un margen por unidad de producto dispensado.

Cuando preparaba mi tesis doctoral, hace ya más de 15 años, uno de los entrevistados me dijo que “todo el mundo hace aquello por lo que le pagan”. ¡Tenía toda la razón! Si queremos que la FC se consolide como una profesión clínica debemos conseguir que se pague por la actividad clínica que se desarrolle en ésta, buscando los equilibrios necesarios entre la provisión de medicamentos y la prestación de servicios.

Nos encontramos en un momento en que los equipos de atención primaria atraviesan una situación compleja y difícil que no parece que vaya a tener una solución fácil en el corto plazo. Por ello, todos los profesionales sanitarios debemos tratar de colaborar de manera coordinada para que cada uno aporte todo aquello que esté en su mano tanto para mejorar la atención al paciente como para facilitar el trabajo de los médicos y enfermeras, fundamentalmente. Hay muchas propuestas encima de la mesa, propuestas más asumibles cuando se ve al FC como un profesional más, dentro del mundo de la clínica.

Mi bienvenida pues, a la nueva denominación de Sefac, entendida como un paso más en la transformación que necesita abordar incuestionablemente la Farmacia Comunitaria.


Miguel Ángel Gastelurrutia es ex presidente de Sefac

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