Política

“Los fondos ‘Next Generation EU’ serán una oportunidad única y quizás última para crear el HispaNICE”

Entrevista a Guillem López Casasnovas acerca de la visión que él tiene de dedicar parte de los fondos de recuperación que vengan de Europa para constituir de una vez por todas el HispaNICE. Según él, "una inversión de esta magnitud es un ‘ahora o nunca’".
Guillem López Casasnovas

Entrevista a Guillem López Casasnovas, profesor del Departamento de Economía y Empresa y director del Centro de Investigación en Economía y Salud (CRES) de la Universidad Pompeu Fabra, acerca de su visión sobre el destino que debería hacer España de los fondos de reconstrucción europeos ‘Next Generation EU’ en materia de sanidad y medicamento.

Pregunta. Hace unos días publicó en La Vanguardia un artículo de opinión sobre la importancia de la evaluación económica de tecnologías sanitarias, solvencia del sistema y la posibilidad de crear en España un HispaNICE y que su sede estuviera en Barcelona. ¿Qué le motivó escribir ese artículo?

Respuesta. Los proyectos europeos ‘Next Generation EU’ van a ser una oportunidad única y quizás última para la creación de esta institución, con solidez suficiente y clave para la priorización de nuestras prestaciones sanitarias y así como para la solvencia de nuestro sistema sanitario. Con ello, España ganaría credibilidad ante Europa sobre la voluntad de retomar la senda de la sostenibilidad financiera del gasto sanitario. Además, financiarían una inversión en un proyecto de excelencia que, además, a futuro, puede mantener sus gastos corrientes.

P. ¿Puede profundizar un poco en las ventajas que tendría esa propuesta innovadora de que la financiación del HispaNICE se realice por los fondos europeos?

R. Se trata de dotación de equipamiento, trabajo en red y consolidación y creación de talento. Da credibilidad ante Europa a alguno de los cambios necesarios para nuestra política sanitaria. Y con tasas y precios autofinanciaría después su gasto corriente, lo que no hipotecaría otras partidas de gasto operativo. Una inversión de esta magnitud es un ‘ahora o nunca’.

P. En los últimos años se ha avanzado en la materia de la evaluación económica. Uno de los pasos dados, por ejemplo, es la constitución del Comité Asesor para la Financiación de la Prestación Farmacéutica (CAPF), que ya ha avanzado algunas propuestas en relación con la utilización de la evaluación económica. ¿Cree que hay que ir más allá?

R. Sí, las propias indicaciones del Comité avalan la necesidad de implementar los estudios de coste efectividad de modo generalizado.

P. También hay voces que rechazan el uso de esta disciplina para el caso de los medicamentos… ¿qué les diría?

R. Que sugieran una alternativa y la analizaremos con igual rigor. Todo es perfectible. No abogo por la rigidez de la recomendación de la evaluación económica, sino por el valor argumental de la equidad y la eficiencia de un sistema sanitario público que no puede ofertar lo que la sociedad no esté dispuesta a financiar. Se trata de informar las decisiones de los políticos, no de sustituirlas a piñón fijo. Tanto estando en el gobierno como en la oposición es seguro que hace falta asignar con criterios de resultados de salud y de costes incurridos. No tiene lógica que un gobierno haga y la oposición sistemáticamente critique por razones de política en minúsculas. La intermediación académica y más profesionalizada ha de poder ayudar a resolver el dislate.

P. ¿Qué beneficios traería un HispaNICE para el sistema sanitario?

R. Ordenar los debates, lo que no es poco. Dar un poco de trasparencia a las decisiones, que es mucho. Modernizar la administración sanitaria. Educar en la necesidad de priorizar. Focalizar en resultados de salud. Y puedo seguir...

P. Ud. también aventura beneficios en materia de inversiones y empleo

R. El NICE emplea 690 trabajadores, algunos, muy cualificados. Parecen muchos pero ahora están ya en nuestro país y a veces dispersos, sin hoja de ruta, en administraciones, consultoras, industria quizás algunos para protegerse de la evaluación económica en lugar de impulsarla.

P. También realiza la propuesta de que la sede pudiera estar en Barcelona, dado que ya presenta una importante presencia industrial y de investigación. ¿Qué otros beneficios observa en relación a esta sede?

R. Aprovechar capital humano, descentralizar el Estado, remarcar que desde la diversidad de los territorios también se puede servir al país. Además, el trabajo en red permite que expertos que yo localizo ahora en Aragón, Madrid, Valencia y Andalucía o Canarias puedan complementar una acción colectiva.

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