Terapéutica

Planificación, más recursos y cambiar procedimientos, claves para adaptar la Salud Pública a la situación futura

Una mayor dotación presupuestaria y el trabajo de profesionales expertos en distintas disciplinas, combinando conocimientos sanitarios con otros sobre gestión y contratación, son claves para la “inexcusable” renovación de los servicios de Salud Pública en España.

El futuro de la Salud Pública, las políticas de compra de vacunas y los procedimientos presupuestarios en este ámbito deberían sufrir una importante transformación para afrontar con éxito los retos a los que se enfrentará en pocos años. La globalización, el incremento de demanda de inmunizaciones en todo el mundo y la probable escasez de producto que se genere, la necesidad de afrontar con mayores garantías los riesgos de nuevas pandemias de futuro hacen necesario repensar diversos aspectos de la salud pública.

Estas fueron algunas de las conclusiones más relevantes del encuentro de expertos ‘Importancia de la planificación presupuestaria en el ámbito de la salud pública y las vacunas. Visión desde el ámbito económico de la administración’, un encuentro que forma parte de un ciclo que, bajo la denominación ‘Planificación de los recursos en Salud Pública y vacunas’ trata de evaluar las ventajas que tiene la planificación sanitaria y económica en esta materia.

El encuentro, que se desarrolló el pasado 19 de enero de forma telemática contó con la participación de José Javier Castrodeza, ex secretario general de Sanidad y catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública; Graciela Quintá, jefe de Servicio de Normativa, Análisis y Estudios, Dirección General de Recursos Económicos, Servicio Canario de la Salud; Inmaculada Tomás, jefa de servicio de Contratación del Servicio Gallego de Salud; Jorge Mestre, economista de la Salud, e Ignacio Sáez-Torres, director general de Sanofi Pasteur España, compañía que ha colaborado en la celebración del debate.

Tal y como se expuso, la Salud Pública, relegada en los últimos años, merece una mayor dotación presupuestaria y una profesionalización con una orientación multidisciplinar. Ahora, la pandemia de covid ha puesto en evidencia la necesidad de replantearse las estructuras sanitarias para que sean más operativas, según estos expertos.

José Javier Castrodeza: “Hay que dar un giro importante a la Salud Pública en España. No se puede seguir con la estructura profesional y presupuestaria que tiene (…) y para determinadas actuaciones debe tener un marco legislativo que le capacite para tomar decisiones con más agilidad en función de las necesidades”


Inmaculada Tomás: “Tengo que vivir y sufrir la Ley de Contratos, y es probable que haya que modificarla, como se ha hecho durante la pandemia. Cuando convenía se modifica (…) necesitamos una Ley que permita afrontar las necesidades de Salud Pública”

José Javier Castrodeza admitía que, a pesar de los logros alcanzados, la estructura profesional y presupuestaria de la Salud Pública en España era “prácticamente simbólica” e “insuficiente”. España dedica solo el 1,1% del gasto sanitario público total a salud pública y si nos centramos solo en vacunas esta cifra queda en el 0,25%. Pero más allá, este experto también advertía sobre la desconexión de la Salud Pública de los problemas asistenciales, algo palpable en las dificultades observadas con la campaña de vacunación frente a la covid, que se está llevando a cabo desde el ámbito asistencial. “No soy pesimista, pero considero que para seguir adelante es inexcusable poner en marcha cambios en lo tocante a Salud Pública”, declaraba.

Al hilo de esas palabras, Inmaculada Tomás hacía hincapié en la necesidad de profesionalizar mucho más la Salud Pública añadiendo la dimensión de la gestión. A su modo de ver, la combinación del conocimiento de los facultativos y de los técnicos y gestores permitiría superar muchas de las barreras actuales a la hora de adquirir productos sanitarios, como las vacunas, desde la base de la planificación. 

Por su parte, Graciela Quintá ampliaba el debate llamando la atención sobre la escasa práctica de la medicina preventiva en España, además de la pobre planificación “generalmente basada en copiar los planes de ejercicios anteriores y añadirles leves cambios”. Era tajante a la hora de afirmar que “hace falta planificación de verdad, con presupuestos realistas”.

Graciela Quintá: “Se debe realizar una verdadera planificación. No hay cultura, pero es muy útil para la industria, que debe prepararse para lo que se le va a pedir. La base de todo es una buena planificación y se solventarían muchos de los problemas suscitados”


Jorge Mestre: “No hemos sabido comunicar los beneficios de la Salud Pública. Hay necesidad de comunicar más a la sociedad ya que muchas veces los beneficios son silenciosos”

Aportando una visión más externa, Jorge Mestre apuntaba que una tarea pendiente para avanzar en este campo es una “considerable” labor pedagógica en Salud Pública y la mejora de la comunicación sobre esta para el público en general. Igualmente, puso de manifiesto que en diez años no se haya desarrollado la Ley General de Salud Pública.

Para Ignacio Saez-Torres, ayudaría concebir la prevención “como un seguro” en un contexto en el cual los recursos no sobran. Además, consideró necesario percibir a la industria como un “compañero de viaje de la administración”. También insistía en la conveniencia de adaptar la manera de abordar la Salud Pública en general y las vacunas en particular “sobre una visión a medio y largo plazo”. 

En materia de cambios a introducir, Castrodeza planteó la necesidad de incorporar más conocimiento en la Salud Pública tanto por la utilización de herramientas de información como por la entrada de profesionales de distintos campos que permitan una utilización adecuada de los datos disponibles. Por su parte, Inmaculada Tomás también planteó la necesidad de planificar los escenarios de compra y adaptar la legislación, aunque también expuso las dificultades que tiene la administración para comprometer gastos a medio y largo plazo ya que el presupuesto tiene carácter anual.

Agilizar la adquisición de vacunas

La atomización, complejidad y rigidez en los procesos de adquisición de vacunas y otros materiales clave en España constituyen un problema sobre el cual todos los participantes se mostraron de acuerdo. 

Ignacio Sáez-Torres: “La inversión en Salud Pública, no gasto, es un seguro que tenemos que comprar ya que hemos visto como una crisis de Salud Pública ha causado que el PIB haya caído más del 12%”


José Javier Castrodeza: “Me gustaría que España tomara conciencia de la importancia que tiene ser proactivo en los modelos de contratación de vacunas de cara al futuro”

La falta de agilidad es, en palabras de José Javier Castrodeza, “un escollo que afecta tanto al Ministerio de Sanidad como a las comunidades autónomas”. O se dota al proceso de mayor flexibilidad o “estamos condenados a seguir llegando tarde”, apuntaba. Además, el exsecretario general de Sanidad recordó que la globalización y la incorporación de grandes países a las campañas de vacunación van a suponer problemas de abastecimiento a medio plazo, por lo que es necesario anticiparse a los cambios con más previsibilidad y planificación. Por todo ello, reclamó cambios legislativos que permitan a la Salud Pública una flexibilidad mucho mayor que el resto de la actividad administrativa.

La vorágine de descenso de los precios en las vacunas se planteó en ese momento del debate como otro de los aspectos de la adquisición que hay que replantear. A este respecto, Inmaculada Tomás recordaba que, sobre la legislación vigente, es muy difícil evitar esa espiral de precios a la baja “en vacunas y en cualquier otro producto”, a pesar de que ella también aprecia las desventajas que entraña la falta de incentivos para los proveedores, que reduce su número y puede desembocar en problemas de desabastecimiento “como los que hemos sufrido con los elementos de protección para los profesionales sanitarios”.

En materia de legislación de contratos, Tomás explicó que los expedientes de emergencia que se están empleando en la actualidad son un parche, el problema debe solucionarse con un cambio en la ley de contratos públicos, que todos los presentes consideran necesario cambiar para que se adapte a las necesidades propias del ámbito de la sanidad. A este respecto, Tomás destacó que, cuando se ha querido modificar la norma, como ahora con la pandemia de la covid-19, se ha hecho.

Graciela Quintá lamentaba que la fiscalización de los procedimientos de adquisición ralentice aún más unos procesos que sin que se interpongan recursos “tardan 5,5 meses”. Esta experta reconocía la necesidad de realizarse controles, pero según dijo, “no deberían ser un escollo añadido para la adquisición de lo que se necesita. El procedimiento en su conjunto parece una carrera de obstáculos”, indicaba. 

Ignacio Sáez-Torres: “Hay que planificar en tres ejes: una estrategia e inmunización incluso no vacunal con anticuerpos monoclonales; presupuestación adecuada que case con la estrategia sanitaria; y en el proceso de compra”


Graciela Quintá: “Los procedimientos de las administraciones son obsoletos y solo se prorrogan los presupuestos cada año sin mover nada. Hay que replantearse y hacer algo más ágil y útil, planificación de verdad, con presupuestos realistas”

Además, la representante del Servicio Canario de Salud también puso encima de la mesa que “la base del éxito está en la planificación”. Para ella es esencial hacerlo ya que las compañías suministradoras tienen que “prepararse para lo que se les va a pedir”. No obstante, se mostró pesimista ya que, en nuestro país, pese a su utilidad, “no hay cultura de planificar”.

Planificación basada en la colaboración

Ignacio Saez-Torres declaraba la disposición de la industria a colaborar con la administración para ayudar a superar las dificultades de planificación, y señalaba que otros países europeos (Austria, Francia y Bélgica) ya han tomado la delantera cerrando la adquisición de vacunas frente a la gripe para 2021 viendo el drástico incremento de la demanda en 2020. Por el contrario, en España, tal y como explicó, las compañías se enteran de las necesidades que tendrá el país una vez publicado el concurso en la Plataforma de Contratación, por lo que es la propia industria la que tiene que realizar la estimación de dosis necesarias con el tiempo suficiente para incorporarla a los planes de producción. Una tarea que se realiza con muchos meses o incluso años de antelación. Por ello, el representante de Sanofi Pasteur también señaló que, para él, es necesario insistir en la planificación en tres ejes: estrategia e inmunización incluso no vacunal; presupuestación adecuada que case con la estrategia sanitaria; y en el proceso de compra.

El diálogo con la industria, de hecho, se planteó como una herramienta clave. No obstante, algunos ponentes también advirtieron que existen reticencias y una equivocada aprensión a la colaboración con los proveedores: “En algunos sectores está mal visto hablar con la industria”, se dijo. Los participantes lamentaron este tipo de actitud, sobre todo porque se ha visto durante la pandemia que la colaboración público-privada va a ser clave para superar la crisis.

Jorge Mestre destacaba la experiencia de la industria en la previsión (horizon scanning) y elaboración de presupuestos, entre otros aspectos. Además, reclamó aumentar la cooperación entre administraciones y que desde la administración se dedique más tiempo a la evaluación y análisis ya que la ocupación principal del tiempo es para dar solución al día a día. En materia de planificación también puso de manifiesto los riesgos que hay por el hecho de que la Administración, al contrario que el ámbito privado, no planifique.

Jorge Mestre: “Los procesos de decisión en la política se hace sin procesos de deliberación, análisis, seguimiento, evaluación”


Inmaculada Tomás: “En la gestión de Salud Pública y sanitaria deben incorporarse más profesionales en materia de gestión con conocimientos más allá de los facultativos”

Para José Javier Castrodeza la industria ha sido siempre “un aliado estratégico”, pero aún más cuando se trata de vacunas, dada la escasez de interlocutores y la conveniencia, por el bien colectivo, de facilitar su trabajo. “Quizá un procedimiento centralizado, no solo para vacunas covid, sino para todas, facilitaría las cosas. Tenemos la capacidad de planificar, pero no nos atrevemos a hacerlo. No somos conscientes de hasta qué punto son importantes las vacunas”, afirmaba.

Algunos ponentes apuntaban a la falta de voluntad política como “culpable” de que esta estrategia no se haya implantado en España para “asegurar el caudal de vacunas necesario”, y se llegó a aventurar que en el futuro habrá problemas de abastecimiento a menos que se ponga remedio a la situación lo antes posible.

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