Terapéutica

Sefac lanza una guía para el abordaje de la ERGE y su detección por los farmacéuticos comunitarios

Su objetivo es proporcionar herramientas a los farmacéuticos comunitarios para el abordaje de esta patología. En España, el 9,8 % de la población manifiesta síntomas típicos de la ERGE una o más veces por semana.

La Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac) ha presentado la ‘Guía de Actuación Farmacéutica a pie de mostrador: Enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE)’.  Su objetivo es proporcionar herramientas a los farmacéuticos comunitarios para el abordaje de esta patología. En España, el 9,8 % de la población manifiesta síntomas típicos de la ERGE una o más veces por semana.

El documento, elaborado por IM&C con el aval de Sefac y el patrocinio de Norgine, está dirigido a los profesionales farmacéuticos que “juegan un papel decisivo en su detección al ser el primer y último profesional sanitario al que consultan muchos pacientes por esta patología que, a menudo, comparte síntomas con otras enfermedades digestivas”, según explican desde Sefac.

La ERGE es una condición que se produce cuando el reflujo del contenido gástrico, procedente del estómago, conduce a la aparición de síntomas molestos o complicaciones que alteran la calidad de vida. “Se produce cuando los síntomas típicos de reflujo como la acidez, el ardor o la regurgitación, se vuelven persistentes y empiezan a limitar de forma notable el día a día, algo que se puede prevenir y mejorar con la intervención del farmacéutico comunitario” sostiene Elena Pérez Hoyos, coordinadora de la guía y miembro del Grupo de Nutrición y digestivo de Sefac.

Uno de los apartados de la guía está destinado en especial a los factores de riesgo. “Son muy importantes a tener en cuenta por el farmacéutico comunitario en el caso de pacientes que refieran síntomas compatibles con la ERGE. Así podremos realizar una buena intervención, utilizando el protocolo de actuación con los criterios de derivación al médico y las pautas de indicación farmacéutica a seguir”, señala Ana Rodríguez Sampedro, otra de las autoras de la guía y coordinadora del Grupo de Nutrición y digestivo de Sefac.

 “Entre los principales factores asociados a esta enfermedad se encuentran el sobrepeso y la obesidad, la ingesta de determinados alimentos y la cantidad de comida, determinados tipos e intensidades de ejercicio físico, la posición al dormir, el embarazo, el consumo de alcohol y tabaco y determinados medicamentos potencialmente gastro-agresivos”, asevera Pérez Hoyos.

La guía proporciona información completa sobre los diferentes tratamientos existentes a día de hoy para la ERGE, tanto farmacológicos como no farmacológicos. “El objetivo debe ser controlar los síntomas, curar las lesiones, evitar recidivas y complicaciones y evitar el progreso de la enfermedad a displasia y adenocarcinoma”, afirma Elena Pérez Hoyos.

El documento incluye de forma detallada las distintas opciones que existen para el tratamiento farmacológico de la ERGE. De todos ellos, los inhibidores de la bomba de protones (IBP) son el tratamiento de elección en todos los escenarios clínicos. Además están los antiácidos, el alginato, procinéticos y protectores de la mucosa, como la combinación de ácido hialurónico, sulfato de condroitina y poloxámero, que son más eficaces para el control de síntomas que persisten a pesar del tratamiento con inhibidores de la bomba de protones (IBP)4, afirma Pérez Hoyos.

En la guía elaborada por Sefac se incluyen también unas tablas con recomendaciones higiénico-dietéticas, como prevención y apoyo al tratamiento farmacológico. “La guía es una herramienta muy útil para el farmacéutico comunitario a la hora de poder realizar una correcta educación sanitaria al paciente, en relación a estas medidas, apoyándose de folletos o fichas”, comenta Rodríguez Sampedro.

Las recomendaciones se basan en ingerir poca cantidad de comida de cada vez, masticando bien y despacio, aumentar la frecuencia de las comidas, controlar las situaciones de estrés, evitar el consumo de tóxicos (tabaco y alcohol), practicar ejercicio físico moderado y nunca después de las comidas y evitar usar ropa ajustada. “Cada paciente debe recibir estas recomendaciones de forma individual y adaptadas a su situación, ya que la respuesta de los pacientes a las mismas es diferente”, indica Rodríguez Sampedro.

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