Política

“El sistema sanitario tras la covid-19 será mucho mejor que el anterior”

Entrevista a la consejera de Sanidad de Aragón, Sira Repollés, acerca de su visión sobre la gestión de la pandemia, así como los planes de futuro para la sanidad aragonesa.
Sira Repollés ,consejera de Sanidad de Aragón

Sira Repollés fue nombrada consejera de Sanidad de Aragón a mitad de la pandemia. Todo su mandato ha estado protagonizado por la gestión de la covid-19 y la visión que ha logrado sobre lo que puede hacer un sistema sanitario tanto desde el punto de vista asistencial como el de la gestión resulta muy interesante. Diariofarma ha querido entrevistarla para conocer cuáles han sido sus vivencias y la valoración que realiza sobre el trabajo efectuado por todos los agentes del sector.

Pregunta. Acaba de cumplir un año al frente de la sanidad aragonesa. ¿Qué balance realiza?

Respuesta. Yo conocía el sistema sanitario desde la vertiente asistencial y aterricé en la Consejería con la pandemia, en medio de una gran incertidumbre. Este año me ha enseñado el enorme potencial de la Sanidad pública aragonesa y lo orgullosos que nos tenemos que sentir por tener una Sanidad como la que tenemos, no solo por la capacidad y potencial humano que han demostrado los profesionales demostrando su absoluta entrega y profesionalidad, incluyendo a los equipos de la consejería, que han estado trabajando día y noche, en la sombra.

P. ¿Y qué lecciones ha aprendido?

R. Este periodo me ha enseñado a ver las deficiencias, potencialidades de mejora y a saber que la salud es lo primordial y que todo tiene que moverse alrededor de la salud. La Sanidad se ha puesto en primera línea de la agenda política ya que sin salud no hay economía, evolución, ni absolutamente nada.

P. La covid-19 ha afectado de forma importante a su región, especialmente en alguna de las olas. ¿Se está viendo ya la luz al final del túnel?

R. La situación actual no tiene nada que ver con las que empezamos a vivir por estas fechas el año pasado, cuando no teníamos herramientas ni experiencia de manejo del covid. Ahora, las vacunas marcan un antes y un después y nos permiten ver el final y saber que son la solución. Ya tenemos a la población vulnerable vacunada, con lo que hemos conseguido que las personas no enfermen gravemente y que no fallezcan. Si al finalizar el verano hemos logrado vacunar a la mayoría de la población, tendremos vencida la pandemia excepto en circunstancias excepcionales que no me atrevo siquiera a imaginar. Este es el escenario que tenemos.

P. ¿Mientras llega el fin de la pandemia, y aunque no haya casos graves, los servicios de salud pública y seguimiento de la pandemia seguirán al 100%, ¿no?

R. Por supuesto. La vigilancia epidemiológica, que antes pasaba desapercibida para todo el mundo, se ha potenciado enormemente y tendrán que seguir controlando los brotes que se produzcan. La pandemia ha dado lugar a una transmisión del conocimiento a velocidad desmesurada, como nunca. Esto redundará en la mejora de los sistemas de vigilancia y salud pública, mejorando los sistemas de alerta y en futuras pandemias estaremos más preparados.

P. Es decir, ¿cree que, después de la pandemia, el sistema sanitario será mejor que el de hace dos años?

R. Yo creo que será mucho mejor. Con la pandemia el sistema ha avanzado mucho en muy poco tiempo. Muchas veces en situaciones de estrés se obliga a tomar decisiones más rápidas y eficientes y gestionar mejor el tiempo y el conocimiento. Todo el desarrollo y avance producido en comunicación, telemedicina, APP, dispositivos digitales, avance en tratamientos, en producción de materiales, todo es una potencialidad aportada por el covid. Hemos avanzamos mucho más rápido y no hay vuelta atrás. Ese camino es eficiente y eficaz y mejora la atención a los pacientes. También trabajar por una atención primaria centrada en la persona, equitativa y que es un garante y pilar básico de la sociedad

P. ¿Con la covid-19 se ha trabajado mucho más en horizontal, con profesionales transversales como los farmacéuticos o los responsables de sistemas, ingeniería, etc., ganando peso? ¿Cambiará la forma de trabajar en los hospitales?

R. De todo se sacan aprendizajes y mejoras que redundan en la asistencia. Una de las capacidades demostradas del sistema sanitario ha sido su elasticidad. Cambiar las atribuciones y competencias de algunos facultativos y servicios y adaptar la forma de trabajar para adaptarse a las condiciones existentes denota esa elasticidad. Esa capacidad e imbricación aporta mucho al sistema. No sé si condicionará un cambio de la manera de trabajar, pero hay herramientas que sí que han llegado para quedarse. Además, la relación con farmacia y tecnología aporta mucho al sistema.

P. Y con respecto a los farmacéuticos comunitarios, ¿cree que se podría haber impulsado más la colaboración con ellos a lo largo de la pandemia (atención domiciliaria, test, vacunas, dispensación de medicamentos hospitalarios etc.)

R. La relación con los farmacéuticos ha sido excelente. Los colegios se pusieron en contacto desde el primer momento para ofrecernos sus oficinas de farmacia y su personal para gestionar las dificultades que aparecieron con la covid. Esta colaboración se puso muy de manifiesto al inicio del confinamiento con el reparto de medicamentos en domicilio. Los pacientes siempre han visto a su farmacia habitual un proveedor de salud, una primera línea de contacto con el sistema sanitario y con la salud. Todos los ofrecimientos de los COF han resultado muy gratificantes. Han colaborado en labores informativas, para ayudar con herramientas informáticas a personas mayores, facilitando el proceso de citas de vacunación. Siempre que los hemos requerido han estado dispuestos y en primera línea de forma desinteresada.

P. ¿Cree que esa colaboración se podría traducir más adelante en una mayor integración de la farmacia con el sistema?

R. Sí, sería un modelo de redundaría en la menora de la asistencia al ciudadano y en la accesibilidad. El farmacéutico rural es probablemente el cordón umbilical de los ciudadanos con el sistema sanitario. Tenemos que avanzar en la interconexión, volcado de datos, que las farmacias intervengan más de forma proactiva en la salud comunitaria, en que la labor de las farmacias sea más asistencial y transversal y uno de los servicios básicos que dan valor a una sociedad.

P. ¿Cree que esa colaboración ha venido para quedarse?

R. Sin duda. No hay que dar marcha atrás y tenemos que potenciar esta colaboración con otras muchas que se puedan hacer con las farmacias. Estamos dispuestos a intentarlo con la seguridad de que funcionará.

P. ¿Ha cambiado la visión que tenía de la farmacia tras la covid-19?

R. Sí, efectivamente. Se han ampliado los papeles y se ha visto que muchos de estos papeles están interrelacionados, se potencian y mejoran. La visión de cercanía de las farmacias se ha potenciado y es un instrumento muy válido para avanzar en este sentido en la salud comunitaria.

P. Aragón fue una de las primeras CCAA en desarrollar una normativa y procesos para la puesta en marcha de sistemas personalizados de dosificación (SPD) desde las farmacias. ¿Se va a avanzar en ese aspecto?

R. En alguna farmacia se ha puesto en marcha, no con el volumen que nos hubiera gustado implantar este sistema. Hay que impulsarlo ya que ayuda a todos, ayuda al usuario, al uso racional del medicamento, potencia la adherencia, la cercanía, mejora la comprensión de lo que es el medicamento o la autonomía de los pacientes. Es un modelo que tenemos que volver a poner encima de la mesa y potenciarlo ya que todo son ventajas.

P. ¿Contemplaría, al igual que con otros servicios, su impulso y financiación pública?

R. Sí que se podría valorar. Todos los desembolsos que se realizan, si redunda en mejoras, suponen ahorros. Podríamos establecer un marco normativo con una forma de funcionar que mejorase la atención y que fuera remunerada. Merece la pena trabajar en ese aspecto y sacarlo adelante.

P. ¿Cree que la coordinación con el Ministerio de Sanidad durante la pandemia ha sido adecuada o ha echado algo en falta?

No, no he echado nada en falta. Yo no conocía el Consejo Interterritorial, pero ha habido contacto continuo y ha habido reuniones todos los miércoles, incluso bilaterales si los datos eran peores. Todos los días recibía llamada del ministro Illa y se preocupaba personalmente por si teníamos alguna necesidad.

P. ¿Y qué visión tiene del Consejo Interterritorial del SNS (CISNS)?

R. El Consejo Interterritorial ha sido un órgano fundamental que nos ha permitido a las CCAA actuar de forma cohesionada. Hay que darle mucho valor y poner encima de la mesa que sin el CISNS cada comunidad hubiera ido por libre y no se habría tenido el respaldo de buena práctica. Es un órgano político, pero se nutre de organismos técnicos como la Ponencia de alertas, la de vacunas o la Comisión de Salud Pública. Creo que ha sido un éxito de la gestión.

P. Desde algunas CCAA se dice que sería necesario avanzar en cómo se toman las decisiones en el CISNS… ¿Cómo lo valora?

R. Yo no conocía la forma de trabajar del CISNS, pero para mí ha sido sencilla. Tal vez haya que cambiar parte de los estatutos sobre votaciones o funcionamiento interno, pero el espíritu de lo que es el Consejo, debe permanecer tal y como es, un órgano consultivo y decisivo.

P. Con la modificación última sí que se introdujeron las declaraciones de actuación coordinada, pero no se actualizó el reglamento…

R. El avance de la normativa y los reglamentos durante la pandemia ha sido también convulso. Ha habido un esfuerzo legislativo. Las Declaraciones de Actuaciones Coordinadas (DAC) han hecho que pase de órgano más consultivo a decisorio. Fuera del estado de alarma hemos tenido que convencer a los distintos tribunales superiores de justicia de las comunidades autónomas que, de forma incomprensible, han rechazado algunas de las peticiones. Ha habido un desorden legislativo muy grande y diverso. No era el momento de discutir si los reglamentos permitían hacer una cosa de una manera u otra. El CISNS se ha comportado de forma bastante operativa.

P. ¿Pero de cara al futuro se debería seguir como órgano ejecutivo o consultivo?

R. Esto es una opinión personal: creo que debe ser consultivo, pero necesariamente en una pandemia no se podrían tomar decisiones de otra manera.

P. Más allá de la covid-19. ¿Cuáles son las prioridades que tiene actualmente?

R. Si el covid deja y tuviera presupuesto, se podrían hacer muchas cosas. Hay reformas de calado que me gustaría poder hacer. Se está invirtiendo en infraestructura sanitaria y estamos haciendo dos hospitales actualmente, lo que ayudará a cohesionar el territorio y homogeneizar la asistencia ya que nuestro territorio es muy complejo. La apuesta decisiva es la digitalización y la innovación. Debemos avanzar en la medicina centrada en el paciente, los hospitales líquidos, salud transversal, un sistema más preventivo y predictivo, con mayor accesibilidad en condiciones de equidad, trabajando con determinantes de salud y evitar compartimentos estancos. Se debe potenciar la equidad, la cercanía, la calidad y la eficiencia, así como proporcionar servicios en tiempo real y potenciar la independencia y autocuidado de los pacientes.

P. Y en materia de medicamentos, ¿prevé algún cambio en su política de compras, acceso, etc.?

El medicamento es el instrumento básico para mejorar la salud de la población. Hay que trabajar en uso racional del medicamento y potenciar la investigación para el desarrollo de nuevos medicamentos. La colaboración con la industria es esencial para tener medicamentos más eficaces y eficientes para abordar la salud. La dispensación debe ser algo comunitario y que se promueva la equidad, como principio fundamental de salud pública.

P. Por último. Nos adentramos en una crisis económica y con una situación con un déficit y deuda creciendo de forma muy importante. En situaciones similares anteriores, se ha tirado del ámbito sanitario para reducir gastos. ¿Cree que en esta situación y tras lo vivido estaría justificado?

R. El problema fundamental que tenemos para poder hacer todo lo que queremos son los euros. Vamos a salir de una crisis sanitaria que ha devenido en una crisis económica. Aunque el sistema sanitario es fundamental para la cohesión y está en la punta de la agenda política, necesariamente habrá que instrumentar mecanismos para racionalizar el gasto sanitario igual que en otros ámbitos de la economía. ¿Quiere decir esto que va a haber recortes? No debería. El presupuesto que nos iba a llegar de Europa no parece que vaya a ser el que al principio se había pensado y de cara al futuro, igual que otros departamentos han aportado a Sanidad, ahora los fondos europeos habrá que distribuirlos de forma importante. No obstante, siempre quedarán los fondos específicos para inversión y renovación de tecnologías sanitarias y los específicos para el uso racional del medicamento y los de transformación digital.

Comentarios

guest
0 Comments
Inline Feedbacks
View all comments

Noticias relacionadas

Actividades destacadas

Síguenos en