El Gobierno ha comprometido con la Comisión Europea el “alargamiento del instrumento de sostenibilidad del gasto farmacéutico, tras haber sido suspendido en 2021 y 2022”, tal y como se recoge en el Plan Nacional de Reformas (PNR).
A pesar de que el PNR de 2022 habla del reinicio de la vigencia de este instrumento, cabe señalar que el plan de 2021 recogía su prórroga, pese a que no se firmaron los convenios correspondientes a causa de la pandemia y el establecimiento de otras prioridades.
Esta es la novedad más relevante para el sector sanitario y farmacéutico que se contiene tanto en el PNR como en la Actualización del Programa de Estabilidad 2022-2025 que el Ejecutivo ha remitido a la Comisión Europea como cada 30 de abril. A diferencia de otras ocasiones, la ausencia de medidas transformadoras en el sector llama la atención.
Por otro lado, también es relevante que la previsión de gasto sanitario público respecto del producto interior bruto (PIB) se ha incrementado con respecto a los datos remitidos a Bruselas el año pasado en la actualización del Programa de Estabilidad. Si en 2021 la estimación del Ejecutivo era destinar a Sanidad un 6,4% en 2023 y un 6,3% en 2024, en el plan remitido ahora a Bruselas, la estimación se eleva en 0,4 puntos porcentuales cada año hasta el 6,8% en 2023 y 6,7% en 2024. En ningún caso se alcanza, no obstante, el compromiso del 7% del PIB en gasto público sanitario que el Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos estableció en sus acuerdos de legislatura.
Los documentos remitidos recogen actuaciones que ya se encuentran en marcha en el Plan de recuperación transformación y resiliencia, como el Plan de Acción para la Atención Primaria y Comunitaria, la Estrategia española de salud digital, la Estrategia española de salud mental, el PERTE para la salud de vanguardia o novedades legislativas como la nueva Ley de medidas para la equidad, universalidad y cohesión del Sistema Nacional de Salud o la aprobación de la Estrategia española de salud pública.
En relación con las previsiones a largo plazo, el Ejecutivo estima que el gasto sanitario evolucionará desde el 5,7% del PIB en 2019 al 7% en 2070 a consecuencia del incremento de demanda y coste de los servicios. El Gobierno achaca el incremento de coste a factores como la edad de los pacientes, su estado de salud, el tipo de tratamiento que reciben, la evolución de la tecnología sanitaria, los costes salariales de los servicios sanitario y factores institucionales.
De acuerdo con los cálculos del Gobierno, el incremento del gasto sanitario previsto para 2030 a 2050 se explica por la llegada de la generación del babyboom a edades de más de 60 años, cuando el gasto sanitario per cápita es mayor. A partir de 2050, coincidiendo con el fin de la llegada de los boomers a la tercera edad, se observa una cierta estabilización del gasto sanitario, señala el documento.
Nicolas Gonzalez Casares: