Terapéutica

Facme elimina la necesidad de hacer pruebas de covid-19 antes de todas las cirugías

La Federación de Sociedades Científicas elabora un nuevo documento de recomendaciones en intervenciones, adaptada a la evolución actual de la pandemia

La Federación de Asociaciones Científico Médicas de España (Facme) ha elaborado nuevas recomendaciones para adaptar los pasos a dar en las cirugías programadas a la situación actual de la covid-19. El objetivo es “evitar que los protocolos redactados en etapas previas a la vacunación supongan actualmente una pérdida de oportunidad terapéutica para los pacientes”.

La entidad recomienda a los profesionales que consulten el documento técnico detallado que han elaborado por consenso varias sociedades científicas y que ha sido coordinado por la Asociación Española de Cirujanos (AEC) y la Sociedad Española de Anestesiología y Reanimación (Sedar).

Siguiendo este consenso, en este momento la federación indica que “lo adecuado es eliminar los cribados universales para infección por SARS-CoV-2 y que ya no es necesaria la separación de pacientes en circuitos diferenciados covid y no-covid”. La opción es sustituir esas medidas por una selección específica de pacientes de riesgo.

El consenso subraya que es necesario realizar, a todos los pacientes que van a ser operados, un cribado clínico-epidemiológico antes de la cirugía (preguntas sobre síntomas y contactos) y ante la sospecha de infección realizar un test o prueba diagnóstica de infección activa (PDIA).

Además, se realizará la PDIA siempre a los pacientes con riesgo quirúrgico alto, a los pacientes con riesgo quirúrgico intermedio cuando tengan además alta comorbilidad, o a los pacientes que se consideran de riesgo perioperatorio alto en caso de sufrir covid, en casos como, oncohematológicos con quimioterapia; trasplante de progenitores hematopoyéticos o CAR-T, en los 2 años previos, o en tratamiento inmunosupresor o enfermedad injerto contra huésped, independientemente del tiempo desde el trasplante; trasplante de órgano sólido; inmunodeficiencias primarias: combinadas y de células B en las que se haya demostrado ausencia de respuesta vacunal; tratamiento con anti CD20 en los 3 meses anteriores (6 meses si es rituximab) o belimumab; síndrome de Down en edad superior a los 40 años y embarazadas

El documento de Facme hace hincapié en que un test diagnóstico positivo para SARS-CoV-2 “no es motivo de aplazamiento de la cirugía. Debe llevarse a cabo una valoración individualizada del caso. La prioridad quirúrgica es el factor de decisión primordial”.

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