Lo que ocurrió la semana pasada en relación a la alerta sobre el ibuprofeno de Kern Pharma en solución es muy grave. Algo que es más o menos frecuente y habitual en el sector farmacéutico dio lugar a una alarma social de grandes proporciones.
La Agencia Española de Medicamentos (Aemps) emitió el 22 de abril una alerta que afectaba a una presentación de ibuprofeno que, en un análisis rutinario, tuvo un resultado fuera de especificaciones en el que el número de levaduras detectadas fue superior al límite establecido. La agencia como suele hacer en estos casos instó a la retirada del mercado de todas las unidades distribuidas del lote afectado.
Esta actuación es más o menos habitual y es conocida por todos los agentes del sector. A lo largo del año 2015 ha afectado a 16 productos. En 2014 este tipo de alertas tuvieron lugar en 57 ocasiones y en 2013 en 59. En la mayoría de las ocasiones el problema detectado no tiene ninguna relevancia sanitaria, sino que se debe a un problema de calidad en la producción o en el envase de los medicamentos.
No obstante, esa situación ordinaria durante la pasada semana dio lugar a una alarma de grandes proporciones entre la población. No hay que olvidar que Kern es precisamente es uno de los líderes en la venta de ibuprofeno en España. Una semana después de la alerta de la Aemps la noticia era recogida en periódicos y televisiones como si hubiera algo muy relevante detrás de esa alerta, las redes sociales, los Whatsapps se fueron llenando de comentarios que transmitían miedo sobre el ibuprofeno de Kern. Fue algo muy extraño que parecía tener detrás una ‘mano meciendo la cuna’ tratando de sacar tajada de un problema de producción o simplemente, buscar hacer daño. Cabe destacar que esa misma semana la Aemps emitió dos alertas de seguridad de medicamentos que por supuesto no tuvieran ese impacto en los medios.
La globalización ha llegado hace ya mucho tiempo a la información. Todo el mundo tiene acceso a las fuentes primarias de información pero no por ello tienen la capacidad para entender lo que significa aquello que está leyendo ni es capaz de determinar su trascendencia. Creemos que es importante la transparencia de la Aemps a la hora de publicar todas informativas y alertas en su página web. Pero creemos que esa accesibilidad no se debe quedar en que la información esté al alcance de todo el mundo, debe ser comprensible por los ciudadanos. Por ello, sería imprescindible que la agencia rediseñara el formato y la información contenida en estas notas para que sean entendidas por los ciudadanos y no se produzcan situaciones como las vividas la semana pasada. Como mínimo, debería indicar si una alerta determinada tiene impacto sanitario o no o si se debe únicamente a un problema de calidad sin importancia para la salud, así como qué riesgos o problemas podríamos sufrir en caso de haber tomado el producto afectado. Este ha sido el primero, pero seguro que habrá más casos similares y estamos a tiempo de evitar problemas y alarmas mayores.
Nicolas Gonzalez Casares: